España, lista para el fin de semana más festivo. La capital acoge estos días su popular Virgen de la Paloma con chotis, limonada y música para todos los públicos.
Agosto es el mes por excelencia de los festejos en España. Ya sea por su origen cultural, religioso, histórico o turístico, la mayor parte de los rincones del país se preparan para celebrar sus fiestas más tradicionales.
La gastronomía, los bailes regionales, los trajes típicos de cada comarca, las verbenas, las tradiciones o las procesiones se hacen protagonistas en ciudades, pueblos o aldeas que, acompañados por el buen tiempo de la época estival, se llenan de vecinos, visitantes e incluso turistas internacionales para disfrutar de estos días.
De norte a sur y de este a oeste, la geografía española está repleta de estas fiestas cuyas raíces son, en la mayoría de los casos, desconocidas por muchos de los que acuden a celebrarlas. Entender sus arraigados y curiosos orígenes, permite incluso disfrutar más de los festejos.
Madrid y su fiesta más castiza
Cada 15 de agosto, madrileños se visten de chulapos para disfrutar de la que es, sin duda, una de las fiestas con más sabor tradicional de España: las de la Virgen de la Paloma, también conocida popularmente como la Verbena de la Paloma. Estas se desarrollan desde la plaza de la Paja a la calle Toledo, en el barrio de la Latina.
Además, esta celebración se suma a las verbenas de San Cayetano y San Lorenzo, por lo que la fiesta se alarga durante casi diez días. Aunque sigue manteniendo muchas de sus antiguas costumbres castizas, también se ha adaptado a nuestros tiempos con conciertos de los grupos de moda, charangas, concursos literarios, propuestas teatrales e incluso rutas de tapas, entre otras muchas actividades. Lo más curioso de esta fiesta es que la Virgen de la Paloma ni es patrona ni es su nombre original. La oficial de los madrileños es la Almudena, aunque la Paloma sea la más popular y también la de los bomberos. Por otro lado, para saber más sobre su nombre, es necesario conocer el origen de la historia de esta festividad, a finales del siglo XVIII una mujer compró un cuadro de la virgen de la Soledad con el que jugaban unos niños. Tras restaurarlo, decidió exponerlo en su casa, situada en la calle Paloma. Tal fue la devoción del vecindario que se construyó una capilla y, posteriormente, una iglesia para custodiar el lienzo. El nombre oficial fue el de Parroquia de San Pedro el Real, aunque todo el mundo la conoce como la Iglesia de la Paloma, al igual que dicha virgen.
Las semanas vascas
El País Vasco acoge en el mes de agosto dos de sus celebraciones más importantes y multitudinarias. Un cañonazo es el punto de partida de la Semana Grande Donostiarra, que este año se celebra del 8 al 15 de agosto, mientras que del 22 al 30 del mismo mes es cuando Bilbao se viste de fiesta junto a Marijaia, muñeca que simboliza las celebraciones y que es quemada el último día. Gastronomía, bailes populares, charangas y conciertos se desarrollan durante estos días en ambas ciudades. El origen de las dos es de carácter turístico y popular. En San Sebastián se comenzaron a realizar en 1876 como complemento a las corridas de toros, y en Bilbao surgió a través de un concurso popular en los años 70 para acercarse más al pueblo.
Orígenes para todos los gustos
Como no podían faltar fiestas de carácter histórico, Málaga celebra su Feria de Agosto en conmemoración a la incorporación de la ciudad andaluza a la Corona de Castilla por los Reyes Católicos, que entraron el día 19 de agosto de 1487. Como cualquier celebración andaluza, los trajes de flamenco, las tapas, el vino, los bailes, los toros y los talleres artesanales no faltarán desde el 15 al 22 de agosto.
Y de Andalucía damos el salto a la Comunidad Valenciana, donde Buñol se ha hecho internacionalmente conocido por una fiesta cuya protagonista es una hortaliza: el tomate. Aunque desde 2002, la Tomatina, es Fiesta de Interés Turístico Internacional, esta celebración fue prohibida en varias ocasiones. Su origen lo encontramos en un día de agosto de 1945, cuando un grupo de jóvenes intentaron entrar en el desfile de gigantes y cabezones del pueblo y la idea acabó en una batalla campal de lanzamiento de tomates entre los vecinos. Desde entonces, se empezó a repetir de forma voluntaria esta guerra, excepto en los años que se prohibió. En esta ocasión, se celebra el 26 de agosto.
No obstante, el origen más repetido en las fiestas de la mayoría de ciudades o pueblos es el religioso. Así, en el pueblo asturiano de Llanes se celebra una fiesta en honor a San Roque, declarada de Interés Turístico Nacional. Y no muy lejos de este entrañable pueblecito, Luarca celebra el 15 de agosto la fiesta del Rosario, en la que la Virgen protagoniza un recorrido por el litoral acompañado por todas las embarcaciones del puerto. Engalanadas con banderas van arrojando flores y coronas al mar en señal de recuerdo por los pescadores que han fallecido.
De nuevo en la Comunidad Valenciana, se celebra el Misterio de Elche. Se trata de un drama cantado totalmente en valenciano que tienen lugar todos los años en la Basílica de Santa María en el mes de agosto, para celebrar la festividad de la Virgen de la Asunción.
Dentro de la cultura religiosa de muchas de estas fiestas, hay algunas cuyos inicios también son curiosos. Es el caso de la fiesta de la Pinochada de Vinuesa durante las celebraciones de Nuestra Señora de la Virgen del Pino y San Roque (del 14 al 18 de agosto). Se rememora una antigua disputa de lindes entre Vinuesa y Covaleda. Según cuenta la tradición, la imagen de la Virgen del Pino se apareció en un árbol que estaba entre ambos pueblos, lo que originó un enfrentamiento por su posesión, que se decantó del lado de Vinuesa gracias a que las mujeres del pueblo, armadas con ramas de pino -los pinochos- acudieron en ayuda de los hombres de la localidad y ganaron la contienda.