
Lo prometido es deuda. Dije en mi artículo anterior que comentaría la reunión (del 9 al 20 de marzo) en Nueva York del 59º plenario de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de la ONU. Una ocasión especial al estar cerca del XX aniversario de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Pekín en 1995), de la que se iban a evaluar sus logros.
¿Qué pasó en Nueva York? ¿Qué ha pasado en estas dos décadas? Prefiero que hable la directora ejecutiva de ONU Mujeres y cabeza de la Comisión, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka, en la víspera del encuentro: "Si leemos los titulares o vemos el último clip aterrador en YouTube, no parece buen momento para celebrar la igualdad de las mujeres. Sin embargo, junto con las historias de atrocidades y violencia cotidiana, también existe otra realidad donde, como nunca antes, son más las niñas que asisten a la escuela y las que obtienen un título; donde la mortalidad materna se ubica en los niveles más bajos de la historia; donde las mujeres ocupan cargos de liderazgo y se ponen de pie, se hacen oír y exigen medidas".
"Hará 20 años en septiembre, miles de delegadas/os dejaban la histórica IV Conferencia Mundial sobre la Mujer con grandes esperanzas. La sensación abrumadora era que las mujeres habían logrado una gran victoria. Y así era: 189 líderes mundiales habían comprometido a sus países con una extraordinaria Plataforma de Acción con promesas ambiciosas, pero realistas, en áreas clave, y una hoja de ruta para cumplirlas".
Por desgracia, señala Phumzile Mlambo-Ngcuka, -y reconoció luego el propio secretario de la ONU, Ban Ki-moon- ningún país ha estado a la altura, aunque algunos hayan trabajado más que otros, por lo que sólo se pueden celebrar "pequeñas conquistas", en lugar de "estar hablando de un mundo más sano, más pacífico y con una prosperidad más uniforme".
"¿Era pedir demasiado? ¿Qué clase de mundo es éste que condena a la mitad de su población a una ciudadanía de segunda clase en el mejor de los casos y a la esclavitud absoluta en el peor? ¿Cuánto costaría en realidad liberar el potencial de las mujeres del mundo? Y, ¡cuánto se podría haber ganado! Si las/los líderes del mundo veían de verdad en la Plataforma de Acción una inversión de futuro, ¿por qué no la cumplieron?"
Enumera la directora ejecutiva algunos logros: en 1990 las jefas de Estado eran 12 y en 2015 son 19. La presencia parlamentaria se ha doblado en 20 años, pero sólo supone el 22% de los representantes. La mortalidad ligada al embarazo ha disminuido un 45% -mueren 800 mujeres al día-, pero la meta para 2015 era del 75%.
Prácticamente hay paridad en la educación primaria en todo el mundo, pero la cosa empeora en los escalones siguientes. Se ha avanzado en alfabetización adulta -del 76% de 1990 al 84% de 2015-, pero las mujeres representan el 60% del analfabetismo mundial.
"Hace 20 años, el 40% de las mujeres tenía empleo remunerado. Hoy, cerca del 50%", pero con diferencias salariales -por el mismo trabajo- que va del 10 al 30%, y "a este ritmo, tomará más de 80 años la paridad en el empleo y más de 75 la igualdad salarial".
Aunque alude a la violencia, no entra la líder sudafricana en este capítulo de fracaso generalizado, objetivo de la ONU desde 1993, y que afecta a una de cada tres mujeres. Tampoco se cumple una resolución del año 2000 para que las mujeres participen en la mesas de pacificación, puesto que son víctimas especiales de muchos conflictos. Sólo el 9% de los negociadores son mujeres.
A pesar de todo, Phumzile Mlambo-Ngcuka apuesta por la esperanza que representa la próxima reunión de líderes del mundo en la apertura de sesiones de la ONU, en septiembre: "Tendrán la oportunidad de repasar y volver a comprometerse con los objetivos de Beijing. Les instamos a unirse a las mujeres en una gran alianza en favor de los derechos humanos, la paz y el desarrollo. Si redoblan sinceramente sus esfuerzos por la igualdad a partir de las bases fundadas durante los últimos 20 años; si realizan las inversiones necesarias, forjan alianzas con las empresas y la sociedad civil y controlan los resultados, esto podría lograrse antes (de 2030)".
"Al final las mujeres obtendrán la igualdad. La única pregunta es ¿por qué debemos esperar?" Para que no cunda el desánimo, incompatible con la solución de problemas complejos, ONU Mujeres ha equilibrado sus críticas con una nueva iniciativa: "Por un planeta 50/50 en 2030. Demos el paso por la igualdad de género" donde se insta a los gobiernos a renovar esos compromisos que traicionaron por los prejuicios y la inercia.
"De aquí al año 2030 como máximo -afirmó la señora Mlambo-Ngcuka-, queremos vivir en un mundo en el que al menos la mitad de parlamentarios, universitarios, directores ejecutivos y líderes de la sociedad civil, y en cualquier otro ámbito, sean mujeres. Para avanzar realmente es necesario un planeta 50/50".
Eva Levy es directora de la División Mujeres en Consejos ExcellentSearch, presidenta de Honor de WomenCeo y de la Plataforma de Expertas.