
"Somos los mayordomos de los sueños", ésta es su carta de presentación. La vida es bella nace con la intención de hacerse con el mercado español de las experiencias, y originalidad no les falta.
Hasta ahora, la oferta era escasa: partidas de Paint Ball, paracaidismo, rafting y poco más. Sin embargo, llega el todo por el todo, la posibilidad de hacer lo que siempre soñó... disfrutar de una larga lista de experiencias inolvidables. Su catálogo ofrece más de 1.000 actividades entre las que poder elegir.
Tiago Machado y Antonio Quina son los dos únicos socios de esta compañía que "es totalmente española, aunque ya exista en el Reino Unido y en Portugal donde es líder absoluto del sector", asegura Machado.
Sus ofertas alcanzan a todos los públicos y todos los bolsillos. Desde los 15 euros que cuesta un paseo en Kayac o divertir a los más pequeños convirtiéndoles en auténticos esquimales; hasta los veinte millones que deberá desembolsar quien desee realizar un viaje espacial, con sus semanas de preparación incluidas o alquilar el barco del mismísimo Onassis para navegar durante cuatro días. Sin duda, la opción ideal para liberar estrés.
Cuánto cuesta su sueño
En cuanto al precio, dice Machado que "el valor percibido es mucho mayor que el valor real". Y no le falta razón. ¿Cuánto cree que cuesta alquilar una isla en el Caribe durante una semana?, ¿cuánto tendría que desembolsar si quiere realizar un viaje suborbital a 15 km de la tierra? o ¿qué estaría dispuesto a pagar por ver realizado su sueño de conducir un Fórmula 1?
Valore usted mismo: convertirse, durante siete días, en un Robinson Crusoe del lujo tiene un coste de 20.000 a 25.000 euros; poder disfrutar de una perspectiva aérea de la tierra hay que estar dispuesto a pagar 200.000 euros, "ya lo han hecho tres o cuatro personas"; e imitar a Fernando Alonso durante un día en un circuito francés supone desembolsar de 3.000 a 3.500 euros. Más de uno pensará... ¿sólo?, y otros dirán eso de "ahorrando un poco...".
Una opción para las empresas
En La vida es bella existen dos tipos de clientes: los particulares y las empresas. "Regalar algún artículo ya no está de moda, ahora lo que se lleva son las sensaciones. Muchas empresas fidelizan clientes o premian a sus trabajadores con este tipo de actividades". En efecto, hace unos meses, una conocida compañía regaló a sus empleados una de los opciones más anheladas: pilotar un MIG.
El precio de esta aventura asciende a 30.000 o 40.000 euros, con estancia en hotel de cinco estrellas para el agraciado y su acompañante, además de 10 vuelos. Finalmente, la repercusión mediática que tuvo esta decisión hizo que la empresa rentabilizase su inversión en forma de publicidad. Así, todos contentos: trabajadores y empresa.
Pero no se desanime, el común de los mortales también tenemos un hueco en la oferta de La vida es bella. Por ejemplo, si usted es atrevido y quiere bañarse con leones marinos, sólo le costará 25 euros. O si prefiere un paseo en helicóptero por Toledo, Segovia o Mallorca, entre cinco personas, prepare algo más de 1.000 euros. No se preocupe, hay muchas más: rafting nocturno, vuelo en ultraligero, copiloto de acrobacias, combates aéreos, una noche en limusina, rutas en Segway, paseos en sidecar, noche en un hotel del terror o un fin de semana en velero, son sólo algunos ejemplos.
Recuerde: si consigue recuperar el tono económico tras las vacaciones y le quedan días libres, eche una ojeada. Merece la pena.