
Pocos eventos atraen a tantos clientes a los bares como la emisión de eventos deportivos en directo, especialmente el fútbol. Sin embargo, la proyección de partidos también tiene inconvenientes que se empiezan a reflejar en Inglaterra, la casa del fútbol. Y es que en el país británico son muchos los pubs que aún dudan si renovar sus suscripciones a Sky y BT para emitir la Premier League, la liga que más dinero genera en derechos de televisión.
El sector de la hostelería está reorientando su negocio, apostando más por el mercado de la alimentación, y tratando de atraer un nuevo público, mayor de 40 años, mujeres y familias. Un público difícil de compatibilizar con las retransmisiones deportivas. "El deporte puede ser ruidoso, y ser una distracción o una molestia para los clientes. Un montón de gente se va fuera porque no quiere ver la tele", explica en una entrevista en Financial Times Ralph Findlay, director ejecutivo de Marstons, una cervecera independiente que cuenta con 1.800 bares.
Caída de las suscripciones
De ellos, solo una cuarta parte va a tener suscripciones a canales deportivos. Y no es un caso aislado: según un estudio de Association of Licensed Multiple Retailers la proporción de propietarios de bares suscritos disminuye de manera constante: en 2003 un 51% había adquirido derechos de emisión, mientras que en la temporada pasada era solo el 37%. "Cada vez menos bares se especializan en los deportes", apunta Kate Nichols, integrante de la asociación. "Influyen los cambios demográficos y los costes. En un bar destinado a la alimentación la suscripción a Sky es un lujo", sentencia.
Y es que emitir deporte no es barato. La suscripción en Inglaterra tiene un coste de unos 19.000 euros anuales, y aumentarán un 5% a partir de la próxima semana, una inversión que los propietarios necesitan meditar.
Hay que tener en cuenta además que cada vez más gente apuesta por ver los partidos en las pantallas grandes de casa, como apunta Jeremy Darroch, director ejecutivo de BSkyB. Sin embargo, niega que se esté produciendo un cambio en el sector, aunque cada vez más locales apuesten por la comida.