
Reuniones maratonianas, litros de cafeína, discusiones sobre aspectos secundarios de una producto, búsqueda ingrata de subvenciones, referencias que duran una exhalación en el mercado, cifras de varios ceros de inversión y poco, muy poco resultado. No está a punto de irse a la quiebra, pero no se confíe. Su problema se llama hiperinnovación.
Nueve de cada diez compañías lanzan productos que no aportan nada a la cuenta de resultados. Algunas empresas fomentan apuestas entre empleados para elegir las mejores ideas del mes.
"Es la necesidad compulsiva que existe actualmente de lanzar productos de manera constante, sin asegurarse que el cliente los necesita", explica Lorenzo Delpani, consejero delegado de The Colomer Group, uno de los líderes mundiales en productos de belleza y peluquería.
Asegura que el 90% de las empresas sufren esta rara enfermedad, que sólo puede curarse con sentido común. "¿Es normal que un consumidor esté más de 20 minutos frente a la estantería de yogures de un supermercado eligiendo entre más de 100 referencias de decenas de marcas?", reflexiona Delpani, durante la jornada Ejemplos de Innovación como fuente de crecimiento empresarial que organizó la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
"Las ideas son gratis y hay miles en el mundo. A los padres de cada una de ellas, les parece que la suya es la mejor pero la humildad es el primer paso para innovar", asegura Ferran Soriano, vicepresidente económico del F.C.Barcelona.
Sin embargo, hay una fórmula que permite saber cuándo una inversión en innovación da frutos y cuando se trata de una simple hiperinnovación. La cuenta de resultados, es sencillo y fácil de encontrar. Allí de debe ver reflejado todos y cada uno de los avances que los nuevos productos, supuestamente innovadores, han supuesto para el bolsillo de la compañía. Y para valorarlos sirve una simple regla de tres, según el consejero delegado de The Colomer Group. "Si en tres años, el resultado de la empresa no ha mejorado gracias a los productos lanzados, es que éstos no eran innovadores", y una segunda norma, "si te copian la idea en menos de 18 meses es que no has innovado".
Otras pistas de la hiperinnovación son la proliferación excesiva de marcas, la confusión del consumidor, la canibalización masiva de las ventas, un aumento de la complejidad organizacional de la empresa que lanza los productos, un deterioro de la rentabilidad y, sobre todo, la no repetición de la compra de esa referencia por parte del cliente. Los ejemplos más claros de hiperinnovación son las referencias de champús y yogures. "El mejor ejemplo de una innovación correcta, rentable y sostenible en el tiempo es el de Coca-Cola Light".
Vías alternativas para innovar
Para Eudald Domènech, considerado el primer empresario de Internet en España y actual consejero delegado de Techfoundries, "las empresas no son innovadores pero sí lo son las personas por lo que la innovación debe hacerse sobre tres ejes: el producto y servicio, la experiencia del usuario, donde Steve Jobs y Apple (AAPL.NQ) son el ejemplo de éxito, y en el modelo de negocio".
El consejero delegado de Gallina Blanca Star, Artur Isern, opina que muchas compañías confunden innovar con renovar. "Innovar es desarrollar productos, procesos o modelos de negocio que cambian las reglas del juego y que incrementan la facturación mientras que renovar es simplemente cambiar el producto, el envase o la distribución que aporten valor y que si se realizan bien pueden ser rentables". En esta compañía catalana, innovan cada 18 meses pero renuevan constantemente. El Avecrem es una buena prueba de ellos, desde 1954 funciona en el mercado y, a pesar de haber renovado el packaging, no pierden cuota de mercado.
El presidente de Panda Security, Mikel Urizarbarrena, asegura que la innovación nunca llega de la mano de subvenciones, "más bien escasas", si no de "compaginar cada día los ingresos de hoy y de ir preparando las fuentes de ingresos del futuro". Mercedes de Pablo, directora general de Port Aventura, participado en un 97% por Criteria <:CRI.MC:>, explica que la innovación del parque llegó cuando decidieron estirar la estacionalidad con la fiesta de Halloween. "Durante seis semanas el parque se transforma. Es un esfuerzo pero desde que lo empezamos a hacer, en 2001, el número de visitantes ha crecido un 166 por ciento y la facturación un 317%. Es innovación".
La simulación y las apuestas son dos maneras de activar la innovación. Soriano explica que algunas empresas empiezan a desarrollar sistemas de apuestas económicas entre sus empleados para que voten las 100 mejores ideas del mes propuestas por la plantilla de manera anónima. Además el ponte en su lugar también motiva. "Para innovar lo mejor es situar al equipo en la piel de la competencia y pensar qué harían ellos para competir con ellos mismos. Decorar la oficina con logos de la competencia es un buen inicio", asegura.