
En el actual contexto de crisis en el que se encuentra sumergida la sociedad española, todos los negocios de cualquier tipo de sector que quieran sobrevivir a la misma, deben adaptar sus antiguos modelos de negocio a las circunstancias económicas del momento.
En el sector de la animación, gracias al avance de la tecnología y su buen aprovechamiento de Internet, existen un gran número de ideas para llevar a cabo nuevos proyectos, sin embargo, menos puestos de trabajo que nunca.
Claudio Biern, presidente y fundador de la compañía de animación española BRB Internacional -nació en 1972-, la productora encargada de series como Willie Fog, D´Artacán y los tres mosqueperros o David el Gnomo, explica sus ideas para el sector.
¿Hasta qué punto el 'merchandising' tiene importancia a la hora de crear un dibujo animado?
Es vital y su influencia no hace más que aumentar a medida que pasa el tiempo. Muchos fabricantes de productos, principalmente los de juguetes, son los que hacen las series. Como las personas reciben tantos estímulos publicitarios de todo tipo a lo largo del día, lo mejor es ir a lo conocido porque así se tiene garantía de lo que se va a ver. El mejor ejemplo de ello son los productores de la industria norteamericana que lanzan multitud de secuelas de los personajes más populares. Por eso los fabricantes capitalizan la exposición de la marca, ya conocida, en la producción.
El merchandising es más importante que la propia obra, porque el beneficio publicitario es muy pequeño debido a la competencia y a la limitación del público al que se dirige, por lo que las cadenas cada vez pagan menos. No podemos olvidar tampoco la creciente influencia de Internet, que ha cambiado nuestra percepción del mundo -transformada ahora- cada día más importante para la obtención de nuestros ingresos.
¿De qué manera se puede aprovechar Internet como herramienta para la obtención de ingresos para las marcas?
Ofreciendo productos de calidad, a través de los proveedores de contenidos, como YouTube, para lo cual hay que estar presente en las redes de todos ellos, haciendo uso de la publicidad, de la opción del pago por cada episodio visto, etc., y así, de esta manera, darse a conocer al gran público.
¿La siguiente fase es la publicidad virtual dentro del dibujo animado? ¿Hasta qué punto se puede cobrar?
En nuestra compañía hace tiempo que hemos empezado a hacer uso de la realidad aumentada. La tecnología no tiene límites, con ella se abren puertas a cada momento por lo que, por el momento, no se pueden medir los beneficios que obtendríamos con este nuevo formato publicitario, pero esperamos que sean muchos y que se alarguen en el tiempo.
Actualmente estamos trabajando en un proyecto que permite la producción de dibujos animados en tiempo real, esto en el momento que lo pongamos en práctica supondrá una revolución dentro del sector.
Al no tener que esperar semanas o meses para grabar un episodio, nos permite incluir hechos de la actualidad a modo de broma dentro de la animación, que cuentan con la ventaja de que al ser caricaturas no precisan del permiso de nadie para utilizar su imagen. Como consecuencia, el público de nuestras producciones crecería al unirse a él los adultos, con lo que aumentaríamos nuestro volumen.
¿Se considera empresario, emprendedor o ambas cosas?
Ambas cosas. Por una parte, emprendedor porque estoy inmerso en proyectos innovadores constantemente y por otra, empresario porque tengo una empresa grande si la comparamos con otras dentro el sector en el que desarrollo mi actividad.
La parte empresarial la dejo cada día más en manos de mis hijos, que tienen mejores conocimientos empresariales que yo, pero tengo que decir que como emprendedor, todos los días se me ocurre alguna idea novedosa; al igual que hay personas que han nacido con ciertas cualidades, yo he nacido para crear.
¿Cómo afronta su empresa la crisis?
Hemos sufrido sus consecuencias de manera notable durante los primeros años. En primer lugar porque los coproductores con los que llevábamos a cabo las colaboraciones, han dejado de poner dinero, porque ellos también tienen problemas de falta de liquidez, con esto me refiero a las cadenas principalmente.
Por otro lado, el precio que antes obteníamos de la publicidad se ha reducido. En este tiempo, la solución que hemos encontrado y que llevamos aplicando desde hace dos años consiste en reducir los presupuestos, produciendo series de más corta duración, con un mayor número de episodios, pero con menos minutos por cada uno, aproximadamente unos tres. Tenemos una gran cantidad de trabajo, pero los bancos no nos ayudan ya niegan prácticamente todos los créditos que se les solicitan.
¿Cree que a los bancos les falta entender la importancia que tienen las pymes para la reactivación del consumo?
No lo entenderán mientras consigan tanto dinero como ahora y con semejantes rendimientos como les aporta la deuda. Las ideas tendrían que venir de más arriba, pero tampoco les interesa porque son los bancos los que les compran la deuda.
Lo que yo propongo es que se dedique el 10% de lo que se genera a pequeñas y medianas empresas porque son las que crean empleo, por lo tanto reducen el paro, aumentan el número de afiliados a la Seguridad Social, las personas que pagan impuestos y que pueden llevar a cabo un mayor consumo. Paradójicamente a las empresas del Ibex que echan a gente y cierran filiales sí les conceden la refinanciación.
Actualmente tenemos más trabajo que nunca en la historia del sector de la animación, pero igualmente, menos liquidez que nunca cuando lógicamente tendría que ser lo contrario. Se están perdiendo muchos trabajos en todos los sectores por falta de crédito, por no disponer del dinero suficiente para arrancar un proyecto, en muchas ocasiones ya firmado, se pierden, o no puede crecer y aumentar su contratación.
¿Piensa que la contratación en España resulta muy cara para el empresario y esto dificulta que se lleve a cabo?
En España coexisten varios problemas, pero para mí el primordial es que en la industria se han eliminado una gran cantidad de puestos de trabajo, que la tecnología, que los suple, no es capaz de recuperar, buscamos la inmediatez y usamos la tecnología para ese fin.
El problema español no es el coste que supone la contratación, es la deficiente productividad, sin entender por ello falta de ganas o de dedicación en las tareas por parte de los trabajadores. Se trata más bien de una mala organización del trabajo. En mi opinión, empezando por el horario, está todo mal estructurado y nadie toma medidas para solucionarlo.
También pienso que los trabajadores deberían cobrar más, sacrificando para ello las empresas una parte de la cantidad que destinan al pago de impuestos.
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