
Controlar los movimientos electrónicos de su plantilla es cada vez más fácil y además sale más barato. El acceso de determinadas páginas webs y un uso incorrecto del correo electrónico se pueden regular con algo tan fácil como desconocido: el protocolo de usos informáticos.
"No es más que un protocolo que se puede elaborar desde la propia empresa, en el que se regula que el empresarios pone a disposición de los empleados la tecnología y que cualquier uso de la misma está regulado por las pautas que se recogen en el protocolo", explica Marc Carreras, socio director de la oficina de Barcelona de Sagardoy Abogados.
Público y conocido por todos los empleados
La única condición para que sea efectivo el protocolo es que se haga público y que lo conozcan todos los empleados. Además de acotar el uso del correo electrónico, el protocolo permite al empresario poder despedir al empleado que lo incumpla sin temor a que le declaren el despido improcedente.
"Con el protocolo por delante, el empleado pierde cualquier perspectiva razonable de intimidad y si conoce el protocolo que incumple, el empresario puede actuar sin miedo a tener que readmitir al empleado", explica Carreras. A pesar de la sencillez de su redacción y de la facilidad para darlo a conocer -colgarlo en un tablón de la empresa a la vista de todo el mundo sería suficiente - son pocas las empresas españolas que cuentan con uno.
El protocolo de usos informáticos es un concepto relativamente nuevo, que funciona desde el año pasado. Carreras asegura que antes del año 2002 la mayoría de despidos que se producía por el uso incorrecto de las tecnologías en horario de oficina acababan siendo improcedentes. "Al eliminar cualquier posibilidad de intimidad mientras se hace uso del material de la empresa, en caso de llegar a juicio con el empleado despedido, la improcendencia es muy difícil de demostrar".
El polémico uso del correo
Sin embargo, la suerte de los directivos cambió cuando a partir de 2002 empezó a regularse. Hasta el año pasado para poder despedir a alguien por esta causa, era necesario aplicar el sistema de la taquilla. Así, para poder acceder al correo electrónico de un empleado había que cumplir algunos requisitos: debía hacerse en presencia del trabajador implicado, de un miembro del comité de empresa, durante el horario laboral, que el acceso fuera necesario para probar la sospecha, que se consiguiera la información que se buscaba y que además fuera el último recurso para probar el supuesto uso ilegítimo del ordenador.
Se conoce como el sistema de la taquilla porque reúne las mismas condiciones que hace años se fijaron para abrir las taquillas de los empleados.
En la actualidad, la banca y las aerolíneas ya cuentan con protocolos de usos informáticos, aunque la mayoría de las empresas, más de un 90 por ciento, no cuenta con ningún sistema de control eficiente de sus sistemas.