
Ante la llegada del final del verano, comienzan las prisas, la rutina y los horarios vuelven a poner orden en nuestras vidas. Niños y adultos retoman sus obligaciones y, a veces, resulta un poco difícil.
María Soria Oliver, directora del Grado en Psicología de UNIR (la Universidad Internacional de La Rioja), nos da algunas claves para afrontar la vuelta al trabajo y al colegio de la mejor manera posible: "Es conveniente enfocar los procesos vitales como ciclos de los que debemos extraer aspectos positivos. Así, las vacaciones son una consecuencia de un tiempo de trabajo y esfuerzo que contribuye a nuestro desarrollo y crecimiento. Y que por otro, lado, el objetivo de las vacaciones no es el de no hacer nada, sino el de realizar actividades a las que no podemos dedicarnos en otros momentos del año. La forma de facilitar el regreso descansa principalmente en una cuestión de enfoque acerca del trabajo y de las vacaciones, ambos caras de una moneda".
Sin frustraciones
Tras unas largas vacaciones, el cambio del ocio en general a la rutina, según Soria, puede ser sencillo y no necesariamente comportar frustración. "Es importante no percibir el comienzo de la rutina escolar o laboral como una pérdida, sino como un nuevo ciclo del que podemos obtener aprendizaje y momentos provechosos, complementarios a aquellos que hemos vivido en las vacaciones. El periodo de trabajo no debe concebirse como un aspecto penoso, sino destacar los aspectos positivos que tiene y nos proporciona".