Pymes y Emprendedores

Garrigues: "Vuestro futuro no es España ni la ciudad en la que nacisteis"

  • "Hablar tres idiomas debería ser una obligación"
Imagen de Fernando Villar

Antonio Garrigues Walker tiene 78 años, ejerce cierta dosis de autocrítica cuando dice: "Los viejos tapamos muchos huecos a los jóvenes, sobre todo en España", pero se presenta antes una audiencia de apenas 20 años con ganas de guerra. Sus enemigos son alumnos de ESNE (Escuela Universitaria de Diseño e Innovación), que han acudido al auditorio a escuchar a este abogado, presidente del bufete con su mismo primer apellido, dentro del ciclo de conferencias del Plan Anima Talento.

El gran problema de España, dice, es la falta de innovación, de competitividad y de productividad. "A ver, ¿cuántos de vosotros habláis bien, pero bien, bien, inglés?", pregunta. Y ante menos de una decena de manos levantadas en una sala que supera con creces el centenar de personas, su tono conciliador del principio cambia por otro cargado de enojo. "¡Pero es poquísimo! ¡No puede ser!", dice. Cree que hablar un mínimo de tres idiomas debería ser una obligación. Risas en la sala. Tímidas, pero risas.

Esa primera pregunta está llena de intención: "Hacedme caso: vuestro futuro no está en España ni en la ciudad en la que habéis nacido. Por eso son tan importantes los idiomas; porque, entre otras cosas, os hacen operar con una visión global y ver el mundo redondo".

Innovar

Anima a su audiencia a que haga cosas innovadoras. Al fin y al cabo, estamos en un centro que les prepara para hacerlo. Porque se aprende, insiste. ¿Cuántos creen que son personas innovadoras y por qué?, pregunta. Esta vez, también pocas manos alzadas. Al menos, el que responde lo define de una forma con la que Garrigues se siente identificado: porque cuando se enfrenta a un trabajo, mira la forma en la que se ha hecho hasta el momento y lo aborda de forma distinta. Pero Garrigues vuelve a sacar el enojo a pasear. "Además de pocos conocimientos idiomáticos, tenéis poca capacidad expresiva... y quiero que sepáis que el derecho al pesimismo no lo tiene todo el mundo. Muchos de aquí, desde luego, no".

La maldita crisis -imposible que no aparezca en discurso, entrevista- sale a relucir, pero esta vez de un modo algo diferente al habitual. "Nos va a proporcionar la libertad, porque nos habíamos llegado a crear unas necesidades sin las cuales pensábamos que no podíamos vivir", dijo.

Garrigues tiene otro tema que le preocupa: la demografía. Pregunta a las numerosas mujeres del auditorio cuántas piensan tener hijos. Lamenta las escasas ganas de aumentar la tasa de natalidad cuando intuye las respuestas, aunque reconoce las dificultades: "Comprendo que una mujer diga que no ahora".

Idiomas, innovación, hijos y ética. Ésa parece ser la receta de este abogado para lanzarles una misión: "Tenéis que redescubrirnos a esta España triste e indigna el dinamismo que necesitamos".

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky