Uno de los grandes obstáculos del colectivo de trabajadores autónomos es la falta de cultura de Seguridad Social. La mayor parte de ellos se limita a cotizar por el mínimo, con el objetivo de ahorrar el máximo durante su periodo de actividad. Sin embargo, este ahorro es relativo, ya que a la larga supone una pérdida de rendimientos, tanto en pensiones como en casos de incapacidad.
La base de esta carencia se enmarca en la propia desconfianza que los trabajadores autónomos tienen en el sector público y en el propio desconocimiento del sistema. De hecho, muchos de ellos contratan seguros privados, planes de ahorro y pensiones complementarios, de cara a garantizarse una jubilación tranquila, abonando extras a entidades financieras y aseguradoras, que suelen ser superiores a la carga teórica que les supondría cotizar por contingencias voluntarias.
En este sentido ATA y Upta están realizando una ímproba labor de concienciación y convirtiéndose en las principales conseguidoras de los avances en esta materia.
Mayor pensión para los autónomos 'de riesgo'