Pymes y Emprendedores

Ojo con los bostezos: pueden 'gafar' un negocio y acabar con la salud

Luchar contra el reloj biológico no es bueno, hay que dormir a su hora. Ilustración: Getty
El accidente del petrolero Exxon Valdez en 1989, el desastre de la central nuclear de Chernobil en 1986, el escape de productos químicos de la empresa Union Carbide en Bhopal en 1984... son degracias que conllevaron unas 22.000 muertes y consecuencias ecológicas muy difíciles de superar. Pero estos tres sucesos tienen algo más en común: ocurrieron en turno de noche. ¿Pura casualidad?

Según la Organización Internacional del Trabajo, por cada 15 años de actividad nocturna se envejece prematuramente unos cinco años. Así que muy bueno no debe de ser luchar contra nuestro reloj biológico.

Los accidentes son por la noche

Accidentes de tráfico, siniestralidad laboral y escasa productividad. Es la peligrosa combinación de un cóctel que España sabe preparar, por desgracia, desde hace demasiado tiempo. El 90 por ciento de los accidentes en el trabajo se produce entre la medianoche y las seis de la mañana, los trabajadores nocturnos duermen cada semana entre cinco y siete horas menos que el resto de la gente y se divorcian un 3 por ciento más.

Pero no sólo sufren los que trabajan de noche. Más o menos el 30 por ciento de los españoles sufre insomnio. De esta tasa, el 10 por ciento padece insomnio crónico. "El estrés y las depresiones leves son sus causas", dice Francisco Segarra, de la Clínica del Sueño del doctor Estivill.

Dormir mal afecta a nuestros tres sistemas: el cognitivo -provoca menor capacidad de concentración y de alerta-, el físico -más cansancio y fatiga- y el anímico.

Sin necesidad de estudios que lo avalen, España es el paraíso de las comidas de trabajo, las de copa y puro y partida de mus. Pues sepa que lo de cerrar un acuerdo a esas horas no es lo más adecuado. "Entre las dos y las seis cae la capacidad de alerta y el pico se produce a las cuatro. Quizá mejor que cerrar un acuerdo en una comida sea hacerlo antes y celebrarlo con una comida", apunta Segarra. "Después de comer existen más posibilidades de sufrir un accidente", aclara Montserrat Pujol, coordinadora de la Unidad del Sueño de la Sociedad Española de Neurología, que se muestra partidaria de una sana costumbre: "Entre 10 y 30 minutos de siesta nos ayudan a recargar el cerebro".

En EEUU no duermen suficiente tiempo

Parece que los trabajadores estadounidenses no pegan ojo, o al menos así lo revela un estudio de la Fundación Nacional del Sueño, que confirma que no descansan lo suficiente y eso, al fin y al cabo, les acaba pasando factura.

Tras una encuesta a 1.000 empleados se ha determinado que el trabajador medio duerme una media de seis horas y 40 minutos cada noche, cuando realmente necesitaría otros 40 minutos para no sentirse cansado. Por eso, no es de extrañar que un tercio de todos los entrevistados haya reconocido haber dado cabezadas o sentirse extremadamente cansado durante su jornada laboral .

Entonces, ¿importa que los empleados se queden dormidos en el trabajo? Parece que sí, ya que los estudios dicen que puede poner en riesgo la seguridad del empleado y la de los que le rodean.

Hace unas semanas el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear advirtió que varios de los guardas de seguridad de una planta nuclear en Pennsylvania buscaban las formas para echar pequeñas siestas mientras deberían estar completamente atentos a lo que ocurriese a su alrededor, puesto que su turno estaba vigente.

Los datos revelan que un estadounidense suele levantarse a las 5:35 de la mañana y pasa dos horas en casa antes de irse a trabajar. La hora en que suele meterse en la cama ronda las 10:53 de la noche.

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