Ni los farmacéuticos se han salvado de la quema. Las farmacias en España se encuentran en un embudo económico de recortes y caída de precios de los medicamentos que está amenazando la viabilidad de un modelo envidiado en Europa. Y es que ningún país puede presumir de una red de más de 21.000 farmacias abiertas que ofrece un servicio de calidad y también de proximidad al 98 por ciento de la población, pero que atraviesa su momento más crítico.
Las cifras de esta realidad las presentó ayer el director de la consultora PwC, Manuel Carrasco, en Infarma, el Congreso y Salón farmacéutico organizado por los colegios oficiales de farmacéuticos de Madrid y Barcelona en el recinto ferial de Ifema. Antes, el presidente de elEconomista, Alfonso de Salas, trazó un escenario de crisis del modelo de gestión pública al que "tampoco es ajena la farmacia", según subrayó, ya que el sector "ha sufrido como pocos los ajustes de gasto al convertir los medicamentos en una de las dianas del ajuste", lo que unido a los retrasos en los pagos "ha obligado a muchos farmacéuticos a incurrir en préstamos a costa de su patrimonio para financiar los fármacos dispensados", aseguró De Salas.
Las farmacias son así uno de los sectores que sí pueden asegurar con certeza que este año será incluso peor para sus intereses que 2011. La consultora prevé una caída de la facturación por recetas médicas de cerca del 13 por ciento en este ejercicio, que se suma a la reducción del gasto público en esta partida superior al 12 por ciento de los últimos dos ejercicios. Este nuevo recorte afectará especialmente a las farmacias, ya que las recetas suponen más del 71 por ciento de los ingresos y estas empresas tienen un estrecho margen de maniobra para reducir costes de explotación, según explica a este diario Borja Smith Aldecoa, de la consultora PwC.
Muchas farmacias en España tendrán más que comprometida su viabilidad este año. "Si nos atenemos sólo a la lógica empresarial, en España deberían cerrar 3.000 farmacias en términos de rentabilidad, porque los márgenes pueden que no sean suficientes", señaló el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Alberto García Romero.
No hay más que echar un vistazo a la caída de márgenes del sector, subrayada en el informe de PwC. Como apuntó Manuel Carrasco, el margen bruto de la facturación pública de las farmacias se ha reducido como promedio hasta el 21,76 por ciento.
Pero si se incluyen las múltiples deducciones que soporta la farmacia en función de sus ventas o tipología de medicamentos dispensados, además de los gastos de explotación, el margen neto antes de impuestos se sitúa entre el 5,55 por ciento de las oficias que menos facturan (443.426 euros al año) y el 12,81 por ciento de las farmacias con mayor facturación (más de 5 millones de euros).
El nuevo golpe que sufrirán las boticas a través de la reducción de precios del nuevo sistema pondrá contra las cuerdas, sobre todo, a las de menores ventas, que están situadas en núcleos rurales y centros urbanos de gran competencia, según reconoce Smith Aldecoa.
Los farmacéuticos se encuentran ante una trampa de precios impuestos por el sistema aprobado por el anterior Gobierno, que obliga a prescribir por principio activo y no por marca y dispensar los medicamentos de menor precio que hayan perdido su patente, además de imponer deducciones según las ventas y antigüedad de los medicamentos.
El resultado es que España se ha convertido en el mercado europeo con las tarifas más bajas de Europa, sólo por delante de Italia, lo que es un alivio para las cuentas públicas, pero una tortura para los farmacéuticos, obligados a dispensar más recetas que nunca a precios de casi gominola, como señala un farmacéutico. El 80 por ciento de los cerca de 1.000 millones de recetas que se dispensan al año cuestan menos de 12 euros.