Pymes y Emprendedores

Las mujeres que deberían preocupar a los de la cuota

Imagen de Thinkstock.

Los que andan tan preocupados por la falta de paridad en el nuevo Gobierno (como si fuera la solución a nuestros males), seguro que no escatiman esfuerzos en poner a caldo a Ana Botella. Incoherentes.

Me gustaría decirles que deberían preocuparse por el destino de otras mujeres. Como el de Marta, una compañera mía de facultad que se pasó diez años trabajando en la radio, pidió una excedencia para cuidar a sus dos hijos y no encuentra empleo ni como teleoperadora. Le hablé de un reportaje que escribí hace tiempo sobre trabajos a tiempo parcial en el que las madres con años y por tanto experiencia somos el mejor target. Acompañantes de ruta escolar, vigilantes de comedor... "¡Para un empleo en el que somos las idóneas!", le dije. Recibió mi sugerencia como el que ve algo de luz al final del túnel de la desesperación laboral. Ya ven, señores, con qué poco nos conformamos llegado el momento.

También debería preocuparles a estos vigilantes de la cuota mi amiga Vanesa, que montó hace cuatro años una tienda de ropa infantil y está liquidándolo todo, deseando que un chino llegue y pueda traspasarle el negocio por el que paga cada mes más de 1.000 euros (entre la hipoteca del local y la cuota de autónomo). Pero como hay una niña de seis años y un marido al que el jefe retrasa el sueldo, ha vuelto a echar horas vendiendo perfumes los domingos y festivos en unos grandes almacenes. Cobrando menos de la mitad que le pagaban hace años, cuando aún no se había hecho empresaria. "Entonces les habría dicho que por ese dinero iba a trabajar el hijo del jefe, pero ahora no me queda más remedio", me dice. No tiene deudas, pero tiene miedo. "Ahora vas a las entrevistas y valoran justo lo que antes rechazaban. Te preguntan si tienes hipoteca, si estás casada, si tienes hijos. Y cuantas más cargas mejor, así saben la necesidad que tienes y saben que vas a coger lo que te ofrezcan", cuenta. Me pregunta si creo que esto mejorará. Ojalá tuviera la respuesta, querida.

Ángeles Caballero, redactora de elEconomista.

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