Pymes y Emprendedores

"Todo cuesta dinero: hacer cine, una canción... el problema es quién lo paga"

Fernando Évole, consejero delegado de Yelmo Cines.

Tiene 31 años pero una carrera profesional tan intensa que puede abrumar a unos y despertar escepticismo en otros. Es consejero delegado de Yelmo desde los 26 años, vicepresidente de la Federación de Cines de España, socio de una empresa con sede en Los Ángeles y prepara el nacimiento de otra compañía de la que prefiere no dar demasiados datos... por el momento. Hay mucho que hablar con él. Intentemos resumirlo.

No sé si es usted de los que, de pequeños, tenían vocación de empresarios...

Desde pequeño quería ser productor, sin saber muy bien ni lo que era. Estudié Administración y Dirección de Empresas en la Autónoma, aunque a clase iba muy poco [risas]. Trabajaba como meritorio de producción y en invierno era monitor de esquí. La verdad es que llevo trabajando desde los 16 años.

También pasó una temporada en Estados Unidos. ¿Qué tal la experiencia?

Mientras hacía la carrera pasé algún verano en Nueva York, estudiando en la NY Film Academy. Y cuando terminé la universidad me fui a Los Ángeles. Por las mañanas trabajaba en el departamento de desarrollo de guiones de Village Roadshow Pictures y por las tardes hacía un máster en UCLA. La experiencia americana estuvo bien, pero quería volver a España y montar una empresa.

¿Llegó a hacerlo?

Nada más volver me involucraron en Yelmo (empresa que creó su padre). Empecé con 22 años e hice de todo. Con 26 años me nombraron consejero delegado, función que llevo ejerciendo desde entonces.

¿Observa diferencias entre la cultura empresarial americana y española?

En Estados Unidos se fomenta desde pequeño ser emprendedor. Hay un dato interesante que dice que el número de personas que sale del colegio y no estudia una carrera es mayor que en España. Muchos montan un negocio. En España hay mucha gente que no sabe qué es emprender. No tenemos los mecanismos de información ni ayuda y las barreras burocráticas son de impresión.

Lo de trabajar en la empresa familiar, ¿genera suspicacias?

Si entras nadie puede evitar ser el hijo o el primo. ¿Cómo se soluciona? Teniendo los procesos para que la gente que entre tenga talento, tenga el apellido que tenga. Cuando yo entré, la mitad del accionariado era de una empresa americana. Me encargué de comprar ese 50%.

Supongo que estará harto de que le pregunten si el cine está en crisis...

El cine como tal no está en crisis. Es cierto que en España ha caído el número de espectadores, pero tampoco ha sido constante. Depende de muchos factores, como el producto, la cosecha de películas. Tenemos buen cine, buenos profesionales, buenísimos actores. Creo que tiene que ver con factores de consumo.

Pero no me negará que es un sector al que se critica con alegría. ¿A qué se debe?

Es por falta de conocimiento. Porque todo cuesta dinero. Hacer una película, una canción... El problema es quién lo paga. Y luego, cosas de la picaresca española, es que nunca se ha valorado demasiado la cultura.

Yelmo acaba de terminar la digitalización de sus salas (es decir, que ha dejado atrás la cinta analógica y la bobina). ¿Qué supone este proyecto?

Es una estrategia para ofrecer la mejor experiencia a los clientes. Nos ha llevado casi 10 años y ha supuesto un coste de unos 120.000 euros por sala [tienen unas 400]. Muchos recursos y mucho tiempo.

Además tiene otros dos proyectos empresariales, Youzee y Border Stylo. ¿Puede hablarnos de ellos?

El primero es un proyecto de Internet, de vídeo on demand, participado por Yelmo. Pero de momento no quiero hablar de ello. Y Border Stylo es una start up que monté en Los Ángeles, una red social que permite comunicarte con tus amigos mientras estás navegando.

Díganos cuál es la fórmula para hacer tantas cosas, por favor.

[Risas]. Ahora puedo hacerlo por la edad que tengo. Dentro de unos años, no lo sé.

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