El desempleo que ha generado la crisis ha derivado en un aumento del emprendimiento como fórmula para la obtención de un puesto laboral. Y en este aspecto, las mujeres han mostrado un comportamiento más acentuado hacia la afiliación autónoma.
Según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), desde el comienzo de la crisis se han perdido 302.123 trabajadores por cuenta propia, de los que ocho de cada 10 eran varones (83,9 por ciento), lo que supone una pérdida tres veces superior a la producida en el sector femenino.
De esta forma, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (Reta) ha registrado una disminución de 407 autónomos varones y la incorporación de 6.807 nuevas emprendedoras.
Desigualdad laboral femenina
Entre los motivos que predominan para la obtención de estos resultados se encuentra la actual diferencia que existe entre la tasa de empleo de hombres y mujeres.
Mientras el 53,43 por ciento de los hombres en edad de trabajar posee un empleo, la tasa de actividad entre el sector femenino se encuentra 12 puntos por debajo (41,11 por ciento). Cifras que para el presidente Nacional de la organización, Lorenzo Amor, "ponen de manifiesto cómo la mujer aún tiene muy complicado el acceso al mercado de trabajo".
Para Celia Ferrero, coordinadora General de ATA, las mujeres siguen teniendo un porcentaje reducido en el peso total de autónomos representando un 34 por ciento del total, a pesar de estar "más preparadas que algunos hombres en ciertos sectores". Asimismo, Ferrero también recuerda la ineficacia del sistema de crédito general, que deniega fondos a casi el 60 por ciento de los autónomos que los solicitan.
En cuanto a ámbitos de actuación, la mujer predomina en casi todos los sectores. No obstante, una de cada tres mujeres se ha decantado por el emprendimiento en el sector servicios, mientras campos como la construcción o el transporte continúan masculinizados con una escasa representación femenina.
