La recuperación paulatina del turismo desde que se hundiera estrepitosamente hace tres años sigue fraguándose, dejando ver una luz latente al final del túnel. Claro ejemplo de esta mejoría la proporciona el balance de la afluencia de turistas experimentada por los principales puertos costeros de nuestro país. Este nuevo resorte de recuperación económica se vive con especial intensidad en las aguas mediterráneas, cuyos puertos acaparan dos tercios del total de pasajeros que hacen parada en el litoral español.
Según datos publicados por el Ministerio de Fomento, el tráfico de pasajeros alcanzó los 3.200.757 personas entre los meses de enero y junio del presente año, cifras que sin duda se incrementarían de manera notoria si se tuviesen en cuenta los meses de julio, agosto y septiembre. Este cómputo supone un incremento del 17,72% respecto al mismo semestre de 2010.
Y lo que es aún más esperanzador. Según el presidente de Puertos del Estado, Fernando González Laxe, se prevé un recibimiento para el conjunto del año de más de ocho millones de pasajeros, lo que elevaría la cifra comparativa al 18%.
Pero como decíamos, el grueso de esta cifra lo ostenta el Mediterráneo. Concretamente, 2.177.543 del recuento total de turistas que visitaron España vía marítima lo hicieron en el litoral mediterráneo, del que Baleares y el puerto de Barcelona son claros líderes. Entre el puerto de la ciudad condal y el archipiélago balear se reparten millón y medio de visitantes, siendo los muelles de Palma, Ibiza y Mahón los más concurridos de las islas. Igualmente reseñables son los incrementos registrados por los puertos de la Bahía de Cádiz y Málaga, con un 36 y 33%, respectivamente. Esto supone un total de 155.049 viajeros en el caso gaditano y 243.794 en el malagueño.
Del otro lado, en el Atlántico, los verdaderos dueños del tránsito portuario son los insulares de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. Con un incremento medio del 30%, el archipiélago canario vio desfilar por sus embarcaderos a más de 800.000 turistas, repartidos casi a partes iguales entre las dos islas. Asimismo, en la costa atlántica peninsular destacan los puertos de Vigo y La Coruña, con un crecimiento medio del 40 por ciento.
Especial mención requiere el puerto de Sevilla, donde acaba la navegabilidad del río Guadalquivir, que registró en este primer semestre 7.300 pasajeros. Una cifra a la altura del puerto de Santader y que supera ventajosamente a otros como Ceuta, Motril o Ferrol.
En términos autonómicos, es Cataluña quien se coloca a la cabeza. Con casi un millón de visitantes y un incremento del 10,4%, esta comunidad autónoma se posiciona no sólo como regente del Mediterráneo, sino a nivel nacional.
Seguido de cerca con algo más de 800.000 desembarcados están las Islas Canarias y, a una distancia prudencial de 550.000 pasajeros, se encuentra Baleares.
El cuarto puesto en este ranking es para la comunidad andaluza, que cuenta con uno de los mayores incrementos en puntos porcentuales: un 31% con respecto al ejercicio 2010.
Por su parte, Asturias registró el mayor incremento de todas las comunidades autónomas. Concretamente, una variación porcentual del 519,3%, lo que suponen 11.653 viajeros más.
Incremento de pasajeros, no de buques
Aunque resulte paradójico, el crecimiento de la afluencia turística en nuestras costas no se corresponde con un incremento paralelo de la llegada de buques. El incremento del número de embarcaciones de estas características que atracaron en España fue únicamente del 9,6 por ciento respecto a 2010.
Este hecho nos da una idea de las dimensiones de este tipo de medios de transporte, cuya capacidad parece ir en aumento. De hecho, si dividiéramos el número de pasajeros entre el número de barcos registrados, la capacidad media de la que disponen estos cruceros oscila en torno a los 2.000 pasajeros.
Aunque existen trasatlánticos que casi llegan a duplicar este aforo. Es el caso de las embarcaciones Queen Mary 2 o el Disney Magia, que entre tripulación y pasajeros transporta alrededor de 3.700 personas.