
En plena crisis, ganar cuota de mercado se convierte en el objetivo más perseguido por las empresas. Pero precisamente por la crisis resulta más complejo conseguir financiación para realizar esas fusiones o adquisiciones que permitan ganar la ansiada cuota de mercado.
De hecho, el pasado año, el dinamismo en fusiones y adquisiciones permaneció casi plano, con un leve incremento del 1 por ciento para las empresas pequeñas y del 2 por ciento para las medianas, de acuerdo con un estudio realizado por ONEtoONE Capital Partners.
Un porcentaje que se antoja lógico, pues las entidades financieras han reducido su financiación para las operaciones corporativas, lo que complica la expansión de los emprendedores. En cualquier caso, Fernando Beltrán, socio de Advisory de Grant Thornton, aclara que "es extraño que una pyme compre otra compañía". De hecho, añade, hay muchas pymes que no llegan a realizar ninguna compra a lo largo de su recorrido.
Socios
Sin embargo, el dinero no es el único modo para pagar una participación en otra compañía o incluso para comprarla. El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) ofrece otras posibilidades igual de válidas, pero puede que más ventajosas. Y es que las pymes que acceden al mercado de valores pueden realizar compras y hacer el pago con las acciones de la empresa. Es decir, las personas a quienes le compran la compañía en la que están interesados pasan a ser socios de la pyme que les acaba de adquirir.
De este modo, las empresas que han tocado la campana pueden emplear este modo de pago con "más facilidad", aseguran desde Grant Thornton. Todo un atractivo para crecer, puesto que se trata de una absorción que no implica comenzar una nueva etapa sin liquidez, tal como explica Javier Herrero, socio de GBS Finanzas y experto en el MAB. Y ése precisamente es un punto importante para las empresas en expansión que han entrado en el parqué, pues tienen una parte de crecimiento orgánico que es complicado de llevar a cabo "si no se realizan adquisiciones", aclara el socio de Advisory de Grant Thornton.
Por ello, en estos momentos, la fórmula de pagar con acciones parece una de las soluciones "más favorables", considera Beltrán. Una posición con la que está de acuerdo el presidente de uno de los grupos que ya cotiza en el MAB, Nostrum, Juan de Andrés Gayón, a quien, pese a no haber realizado esta fórmula como medio de pago, le parece una "ventaja". De hecho, no duda en adelantar que en Nostrum la emplearán en un futuro.
Si bien es cierto que hacer el pago con las acciones no es la única alternativa para ganar cuota de mercado. Entre el resto de alternativas se encuentran las empresas de capital riesgo o una segunda ronda de financiación. La primera se complica, puesto que las pymes que cotizan en el MAB tienen "gran parte de su valor en sus expectativas futuras", explican desde Grant Thornton. La empresa que se lanza al mercado de las pymes está en expansión y tiene un plan de crecimiento ambicioso que incluso puede tener entre sus planes crecer en mercados foráneos.
Y es que el MAB es "un punto de arranque". Las características de estas empresas chocan con el capital riesgo, que busca compañías con ingresos y beneficios recurrentes. Además, para el capital riesgo, el tamaño de las empresas que cotizan en el mercado de las pymes puede estar dentro del rango pequeño de las firmas que pertenecen a este parqué.
Buscar el control
Otra diferencia importante entre la bolsa de las pymes y el capital riesgo se localiza en el control. De hecho, el capital riesgo puede llegar a condicionar algunos acuerdos porque "busca algo más que una participación minoritaria. Quieren controlar", explica el socio de Advisory de Grant Thornton, Fernando Beltrán. Y es que el capital riesgo no se conforma sólo con una parte del capital social, lo que no ocurre con las adquisiciones a través del MAB, que ofrecen cierta independencia al contar con un número mayor de accionistas. Por ello, las operaciones resultan más flexibles.
No obstante, el presidente de Nostrum deja claro que en su compañía hay una serie de normas, de manera que si cualquiera de los socios adquiere una cierta participación en cualquier momento, entraría automáticamente a formar parte del consejo de administración de la misma y, por lo tanto, tendría el peso que le correspondería a la hora de tomar decisiones sobre ella.