Pymes y Emprendedores

Sucesión en empresas familiares: la importancia de gestionarlo con tiempo

La mayor duda es cómo excluir a los hijos políticos del futuro de la empresa. Ilustración: Archivo

A la hora de concertar quién heredará la empresa familiar, sólo un 20% de las compañías firma un protocolo. "Es un primer paso y está bien que lo hagan pero firmarlo no significa que ya quede todo solucionado... ni mucho menos", explica Arantxa Tobaruela, asociada de despacho de abogados Garrigues y especialista en empresa familiar.

Falta de previsión

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? El testamento es la herramienta jurídica con más valor para hacer cumplir la voluntad del pater de la empresa. "Sin embargo el porcentaje de los que preparan su testamento para dejar en condiciones la empresa es mínimo", reconoce Manuel Pavón, asociado del mismo despacho y también experto en empresa familiar.

Aseguran que el 50% de las compañías familiares no planifica "absolutamente nada" y ocho de cada diez no preparan ni el protocolo familiar, "¿cómo van a llegar al testamento?", se preguntaban ayer ambos en unas jornadas organizadas por Garrigues.

Lo que la mayoría de empresas familiares no sabe es que por mucho consenso recogido en el protocolo familiar, éste es papel mojado si seguidamente no se acude a incluirlo en el testamento. "El testamento suena mal y da mal rollo, pero es un acto de responsabilidad y no significa que se trate de imponer", asegura Tobaruela. Si los pactos alcanzados en el protocolo familiar no se inscriben en un testamento no tendrán ninguna validez.

Herramienta jurídica

¿Dónde está la diferencia entonces? Mientras que en el protocolo familiar se define la gestión y se perfila cómo deberá funcionar la empresa en un futuro pero sin validez póstuma, el testamento es una herramienta jurídica de primer orden "muy difícil de impugnar si se deja todo atado. También significa la continuación con la idea del único mando y el pater familis", explica Pavón.

Ambos expertos coinciden en que las preguntas a hacerse son las mismas que a la hora de elaborar un protocolo. ¿Quién quiere seguir en la empresa? ¿Cómo lo reparto? ¿Quién es el más idóneo? ¿A quién doy más? ¿Cómo reparto el patrimonio personal? ¿Puedo compensar a alguien con acciones si no hereda inmuebles de la familia? ¿Puedo obligarles a no vender la empresa hasta pasados determinados años?

Tobaruela indica que el tema recurrente ya sea en el testamento o en el protocolo es siempre el mismo: "La mayor preocupación de los padres es qué hacer con la mujer o el marido de... Debido en la mayoría de los casos al modelo actual de familia. Los fallecimientos imprevistos y los divorcios siempre desbaratan los planes". Sin embargo, Pavón avisa: "La vida da muchas vueltas y dejarlo todo atado también puede conllevar un riesgo".

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