
Ciencia, cultura, empresa y sociedad. Son los cuatro ámbitos en los que la Fundación Príncipe de Girona ha otorgado sus Premios Impulsa, dedicados a reconocer la labor de los jóvenes emprendedores. Su directora general, Mònica Margarit, explica qué tipo de proyectos se han encontrado este año.
¿Qué es lo que valoran a la hora de seleccionar los ganadores de los Premios Impulsa?
Estos premios persiguen fomentar en los jóvenes el espíritu emprendedor, que sean valientes y se atrevan a apostar por sus propios proyectos. Lo que queremos transmitir con los galardones es que, aquellos jóvenes que trabajan y se esfuerzan para conseguir que sus proyectos sean una realidad, se vean reconocidos.
¿Y cómo miden ese grado de valentía y de espíritu emprendedor?
Nos fijamos mucho en la perseverancia, en cómo las personas que presentan sus candidaturas han perseguido su sueño. Siempre descubres que hay jóvenes muy inquietos, que se han movido donde haya hecho falta para conseguirlo, aunque para ello tuvieran que cambiar de lugar de residencia.
¿Qué tipo de proyectos han acudido este año al certamen? ¿Notan una evolución en cuanto a los emprendimientos?
Hemos recibido muchas candidaturas, sobre todo del sector de las tecnologías, pero lo que más me gusta destacar, y creo que es un mensaje importante, es el perfil de los emprendedores. El ganador en la categoría de Empresa (Marc Bonavia, fundador de SITMobile) estudió Farmacia, y ha terminado descubriendo que su vocación está en las TIC. Y el ganador en la categoría de Cultura (Borja Bagunyá) empezó estudiando Medicina.
Cuando le llega un proyecto emprendedor y descubre que su creador tiene una formación totalmente ajena al sector de actividad, ¿qué piensa?
Esto aparece en varios de los candidatos que se han presentado, y lo que hace es confirmarnos uno de los temas que queremos trabajar en el futuro desde la Fundación: el de las vocaciones. No es fácil para un chico de 18 años saber qué es lo que quiere hacer con su vida. Por eso se necesitan sistemas que hagan aflorar su verdadero talento.
¿A qué se refiere?
Al modelo educativo. Hay vocaciones que en el momento de estudiar Bachillerato quedan totalmente relegadas. Se necesita valorar las vocaciones científicas, culturales y tecnológicas para que los estudiantes descubran cuál es su talento.
¿No cree que la falta de financiación también puede ser un obstáculo para incentivar ese talento emprendedor?
Depende. La financiación es importantísima, pero no siempre es imprescindible. Hay ejemplos de emprendedores que comenzaron con tres portátiles personales. Por eso nos gusta destacar todos aquellos casos de gente que ha sabido sortear estos obstáculos y poner en marcha su negocio.