
El mes pasado, en los sótanos de un restaurante de comida cajún -originaria de Nueva Orleans-, Chris Heasman, de Lazard Asset Management, y alrededor de 20 ejecutivos más de hedge funds vestidos con vaqueros y camisetas pasaron la noche cantando canciones de los Rolling Stones, Grateful Dead y U2.
No hacen esto por relajarse de un frenético día tras gestionar las fortunas de algunas de las personas más ricas de Estados Unidos. Son miembros de grupos aficionados de rock que compiten por participar en un concierto benéfico para recaudar fondos en el B.B. King Blues Club & Grill, en Manhattan, para que niños minusválidos de países pobres puedan ser operados o se les faciliten prótesis.
"Es una diversión agradable tras el agotador día a día", dice el solista de Suscribers -suscriptores, en jerga financiera- Timothy Wheeler, abogado de Lowenstein Sandler, entre cuyos clientes se incluyen hedge funds. "Es estupendo estar con el grupo tocando música".
Evento solidario
Más de 25 conjuntos musicales de hedge funds solicitaron participar en la cuarta gran cita anual, llamada Rocktoberfest. Siete grupos y una docena de vocalistas fueron seleccionados para participar en el evento, que se espera recaude 350.000 dólares para la organización no gubernamental A Leg to Stand On -es decir, 'una pierna para apoyarse'-.
Unas mil personas, entre gestores de carteras, analistas, banqueros de inversión, abogados, y operadores de mercados, pagarán cada uno unos 200 dólares para comer chuletas y cochinillo a la brasa, divertirse y escuchar canciones de grupos aficionados. La entrada es libre para aquellos cuyas empresas aporten un cheque por cierta cuantía. Los patrocinios se mueven entre los 2.500 y los 60.000 dólares.
"No hay tácticas intimidatorias para firmar cheques importantes", dice Heasman, el director de Lazard que organizó la formación del grupo y toca la guitarra en The Suscribers. "Queremos que la gente se divierta y que al mismo tiempo ayude a los demás. Es bastante simple", añade.
Pequot Capital Management, cuyo director general, Michael Corasaniti, está previsto actúe con su banda JAM Partners, donó 60.000 dólares. A cambio, la empresa recibirá 100 entradas. Heasman asegura que no es coincidencia que tantos gestores estén metidos en la música. "Hay una conexión entre la música y las matemáticas y las correspondientes partes cerebrales", afirma Heasman. "Cuando rascas en la superficie de esas empresas, hay mucha gente con inclinaciones musicales''.
También profesionales
Aunque la mayoría de los participantes son aficionados, asistirán algunos profesionales. Chris Barron, cantante de Spin Doctors, tocará instrumentos no electrónicos, y Simon Kirbe, ex batería con Bad Company, cantará con Subscribers una canción.
"Es un tipo de evento de los que se hacen al aire libre; desde luego que no es para asistir de etiqueta'', explica Heasman. "Sólo el hecho de que asistas, puedes cambiar la vida de una o dos personas y al mismo tiempo te diviertes. Es ese espíritu el que queremos para la gente que participa".
La ONG A Leg to Stand On fue fundada en 2002 por Mead Welles, responsable ejecutivo de Octagon Asset Management. La idea la tuvo durante un viaje a Yakarta, Indonesia, donde permaneció en hoteles de mala muerte mientras intentaba encontrar nuevos inversores para Octagon. Compadeciéndose de sí mismo salió a cenar solo y vio a un muchacho con una pierna y una minusvalía. "Eso fue como un despertar violento para mí", dijo Welles, quien toca la batería en Suscribers.