Pymes y Emprendedores

Cómo no convertirse en el Charlie Sheen de la oficina

El escándalo ha rodeado a Charly Sheen desde hace años, pero con su despido de la serie que protagonizaba, Dos hombres y medio, ha elevado la polémica a niveles nunca vistos. Desde la CBS y la productora Warner Bros claman contra su falta de profesionalidad. He aquí una recopilación de a qué se pueden referir.

En su defensa, el actor de 45 años ha asegurado que sus hábitos -que van desde las drogas y el alcohol hasta las prostitutas, pasando por insultar a los guionistas- no tienen por qué interferir en su trabajo.

Sin embargo, lo cierto es que hay ciertas prácticas que, inevitablemente, colisionarán tarde o temprano con las responsabilidades laborales. Por eso, Reuters ha elaborado una lista con las lecciones que se pueden extraer de la historia del actor. Es decir, aquello que es mejor no hacer si se quiere llegar lejos en la empresa o, al menos, evitar que el contrato se finiquite en los tribunales.

1-. Tener cuidado con lo que se dice:

Una simple broma subida de tono puede ser entendida como acoso sexual. Ante la duda de si el comentario jocoso que se va a hacer está fuera de lugar o es susceptible de herir sensibilidades, lo mejor es evitarlo, recomienda un abogado laboralista de Fisher & Phillips.

2-. Mantener la vida privada al margen del trabajo:

Sheen se esforzó durante varios años antes de que su afición por las fiestas comenzase a afectar al desempeño en su trabajo. "Cuando dejas que influyan una sobre la otra, todo el conjunto deja de funcionar", señala un consultor de recursos humanos.

3-. Mostrar a tus compañeros el respeto que quieres recibir:

Cuanto más pises a tus vecinos de oficina, más te harán la vida imposible, afirma el dueño de la web de empleo RecruiterNetworks.com, Richard Alman. Una persona inteligente no favorecerá que se cree un entorno en el que el resto están deseando de falle.

4-. Pensar en equipo:

Estrellas de la talla y el ego del actor no siempre entienden este concepto y lo acaban pagando. Según explica un experto de coaching ejecutivo, "debes examinar cómo tu comportamiento afecta al grupo" y actuar en consecuencia. Por su parte, a las empresas les conviene tener en cuenta la capacidad de trabajo en equipo del personal que contratan.

5-. No mandar correos en caliente:

Una discusión con el jefe o con un compañero no es el mejor momento puede dar lugar a correos inapropiados de los que es fácil arrepentirse a los cinco minutos. Lo mejor es respirar hondo y recuperar la calma. Pero, "si quieres desahogarte y escribir el mail en pleno ataque de furia, mándalo a tu correo personal. Léelo al día siguiente y mira cómo te sientes después de dejarlo enfriar un poco", apuntan desde la consultora BPI Group.

6-. Vigilar los comentarios en redes sociales:

Es difícil tener todo el control sobre quién revisa nuestro Twitter o Facebook. Puede ser un superior o un compañero de la empresa, o incluso alguien de otra firma que podría estar interesado. "Sé consciente de en qué medida dejas a los paparazzi de las redes sociales vean tus correrías", señalan desde BPI. Y conviene vigilar los ataques personales, aunque sea sin nombres propios, añaden.

7-. Evitar cualquier motivo de queja:

Si un trabajador es bueno en su trabajo, es probable que la compañía acabe dándola un poco de manga ancha o que sea benevolente con su comportamiento. Sin embargo, no hay que abusar de la confianza del empleador, cuya paciencia y tolerancia es finita.

8-. Permanecer en el buen camino:

Este consejo aglutina los errores más garrafales de Sheen. Para Brent Peterson, dueño de la agencia de entrevistas de trabajo Interviw Angel, la forma más sencilla de ser un buen empleado y no meterse en problemas es "mantenerse alejado de las drogas".

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