
La Federación Española de Hostelería hizo público el pasado viernes su primer balance tras la entrada en vigor de la Ley Antitabaco. ¿La conclusión? Que la prohibición total de fumar en bares y restaurantes ha provocado una caída de las ventas en el 86 por ciento de los establecimientos del sector. "La clientela ha bajado, y de los que salen fuera para fumarse el cigarro, la mitad no vuelve a entrar", es el diagnóstico general en el que coinciden varios hosteleros consultados por este diario de diversos puntos de la geografía española.
Muchos de ellos han optado precisamente por extender su negocio a la calle, mediante la solicitud o ampliación de las licencias para ocupar la acera con veladores y sillas, a fin de retener en sus negocios a aquellos clientes que no renuncian a echar un cigarro con el café de la mañana o la copa de la tarde. "La gente que venía a tomarse un par de cervezas después del trabajo se toma una y se va", dice Julio Málaga, propietario de la Cafetería Domínguez de Madrid. ¿Es por tanto rentable sacar las mesas a la calle?
Va por barrios
En lo que a costes de inversión se refiere, la pregunta es de difícil resolución, ya que cada población establece su propia normativa respecto al uso de la vía pública para la ubicación de las terrazas de hostelería. En Madrid, Barcelona, Zaragoza y San Sebastián, por ejemplo, el precio que hay que pagar por una licencia de uso a tal fin se calcula en función de los metros cuadrados ocupados. En otras ciudades, como Sevilla o Granada, se paga por mesas. Y dentro de cada ciudad, los precios varían por barrios, distritos y calles. En el restaurante Anahuac, ubicado en la calle Tuset de Barcelona, disponen de 12 metros cuadrados de terraza, por los que pagan 4.800 euros. A este precio cabe sumar el coste de toldos, veladores y estufas, unos importes nada despreciables y que, en relación a las ventas obtenidas, no terminan de compensar a todo el mundo.
El encargado del restaurante Rive Gauche (Barcelona), que no tiene terraza, subraya que un colega suyo "gasta por mes 15 bombonas (para las estufas) a 14 euros cada una para mantener una terraza de cuatro a seis mesas". En su opinión, "no compensa".
Falta de regulación
Julio Málaga también duda de la rentabilidad de haber invertido en sacar las mesas a la calle: "Me ha costado 1.800 euros", explica este hostelero: 800 euros por el mobiliario (cuatro mesas, 15 sillas y otros elementos) y 1.000 por la licencia: su terraza mide 12 metros cuadrados y el precio del metro ronda los 60 euros. Por ahora, sin embargo, la mayoría de las sillas permanecen vacías por el frío.
"Yo tampoco sé si compensa tener terraza", añade Alfonso Blanco desde el Bar Restaurante Landecha, "pero lo que no me compensa es tener el local vacío". Blanco lleva un tiempo intentando adaptar su terraza a las condiciones del invierno, mediante la adquisición de estufas y la instalación de un toldo "para proteger del frío y la lluvia". Pero ha encontrado un inconveniente: "La ordenanza municipal dice que todo el mobiliario urbano tiene que estar homologado, pero he hablado varias veces con la Junta de Distrito que regula esto y no saben qué tipo de estufa es la que está homologada para poder ser usada. Además, la misma ordenanza dice que los toldos hay que quitarlos a partir del 31 de octubre. No estaban preparados para la Ley Antitabaco", denuncia.
Algunos consistorios han introducido nuevos elementos regularios, precisamente para facilitar que los hosteleros puedan paliar en la calle la caída de las ventas que han experimentado dentro de sus establecimientos. Así, en Barcelona sólo se puede instalar una estufa cada cuatro sillas. Además, éstas deben estar homologadas por el Departamento de Industria de la Generalitat.
Sin avalanchas
Valentín Gómez, que regenta la cafetería Valentín, situada junto a la Ciudad de la Justicia de Valencia, ya tenía mesas en la calle, pero ahora ha decidido cerrar la terraza con una carpa para que los fumadores pasen menos frío. "La carpa me ha costado 12.000 euros y las estufas, 500, y a eso hay que sumar la instalación eléctrica, en total unos 13.000", explica. Además, en abril tendrá que pagar 2.000 euros al Ayuntamiento de Valencia de la tasa de ocupación de la vía pública, "el doble que el año pasado, porque por cubrir la terraza pagas el doble", se queja. ¿Compensa tanto desembolso?
Desde la asociacion La Viña afirman que "en la mayoría de los casos sí, porque pueden ofrecer un valor añadido a sus clientes, sobre todo a los fumadores". Pero los hosteleros no parecen tenerlo tan claro, a tenor de las solicitudes presentadas en los ayuntamientos para abrir nuevas terrazas. Ni siquiera en la Costa del Sol se han producido grandes incrementos. "Desde el 10 de enero se han presentado un total de 10 peticiones de ocupación de la vía pública con mesas y sillas, frente a las 6 ó 8 que habitualmente se venían solicitando en la misma época en años anteriores", dicen fuentes del consistorio de Málaga. En el norte el panorama es diferente. En San Sebastián las solicitudes se han multiplicado por cinco.