
La falta de financiación está ahogando y poniendo en dificultades a más de un autónomo y de una microempresa. Y las expectativas no son favorables. Se espera que en el primer semestre de 2011 el grifo continúe cerrado. Una situación ante la que empiezan a gestarse fórmulas complementarias de financiación que permitan ayudar a empresas que están en apuros.
De la mano de Upta, Aragón llega una alternativa pionera basada en una red de financiación solidaria entre empresas para ayudarse entre sí a superar este tipo de problemas, evitando que este colectivo se vea abocado al cierre por no tener acceso a préstamos o créditos ni siquiera personales.
La iniciativa, que se enmarca dentro de la campaña Salvemos una empresa, salvemos un autónomo, comprende la emisión de bonos sociales por el importe de financiación que precise el autónomo o la microempresa, que serán adquiridos por otras empresas que quieren aportar su solidaridad y contribuir a solucionar esta situación.
Los bonos sociales, que se concretan en un contrato y en los que Upta actúa como intermediario, funcionan como un trueque de servicios entre empresarios en el que el inversor social no recibe intereses económicos y no hay carga fiscal, percibiendo por la cantidad invertida en servicios que le presta la empresa emisora, aunque también puede optar por la devolución del dinero invertido en un plazo de tiempo estipulado.
Informe puntual
Además, el inversor social recibe cada mes un informe de la evolución de la entidad en la que se invierte, según explica Álvaro Bajen, secretario general de Upta Aragón. Con esta fórmula de financiación, se podrá rescatar a empresas en apuros, pero viables. Y para ello serán analizadas por un equipo formado por abogados, asesores financieros, empresarios, técnicos contables y graduados sociales para determinar la cantidad que precisan, si puede ser asumible y la viabilidad de la iniciativa.
La red de financiación social ya se ha puesto en marcha en Aragón con una experiencia piloto en la que está participando la ETT Servitrece, que precisa 20.000 euros para asumir el aumento de este año de la fianza de la licencia administrativa, teniendo ya depositados 200.000 euros. "Pero es imposible conseguir financiación bancaria", explica Ruth González, responsable de Servitrece, que tiene más de quince años de experiencia en el sector y ha llegado a tener a 600 personas trabajando en las empresas usuarias. La respuesta para salvar a esta empresa está siendo favorable y en una semana se han conseguido 10 inversores que han adquirido bonos por importe de 1.000 euros cada uno por los que recibirán servicios de la ETT como contraprestación.
El siguiente paso es hacer la red más sólida, con el apoyo de Cepyme y Cámara de Comercio, y extenderla a más empresas, así como al resto de España. Si la iniciativa prospera, se espera, a medio-largo plazo, poder constituir una cooperativa de servicios financieros, además de abrir las vías de financiación a jóvenes emprendedores.