Pymes y Emprendedores

Y el elegido como presidente de esta compañía es... ¡El primogénito!

En nuestro país, la mayoría de las empresas familiares están en manos del primer hijo. Foto: Archivo
Quién no recuerda los celos, las peleas y los buenos ratos vividos con sus propios hermanos. Cómo no, las imágenes preconcebidas están a la orden del día: el pequeño suele ser el más consentido, el del medio se convierte en el gran olvidado y el mayor siempre conserva ese aura de poder y seriedad.

Aunque todas estas afirmaciones no son más que meras especulaciones, lo cierto es que un estudio publicado por la revista Science afirma que los primogénitos de la familia son ligeramente más inteligentes que el resto de sus hermanos. Un motivo más para crear algún que otro conflicto familiar pero que laboralmente hablando pone a los hijos mayores al mando de la empresas.

Los mayores, los más inteligentes

Este peculiar análisis realizado por el doctor Petter Kristensen ha puesto de manifiesto que los hijos mayores o aquellos que son criados como tal poseen un coeficiente intelectual más elevadoque sus hermanos pequeños.

El estudio fue realizado entre más de 240.000 adolescentes noruegos y demostró que los primogénitos poseían un nivel de inteligencia de 103,2 puntos, mientras que los hijos nacidos en segundo lugar se quedaban en los 101,2.

Con este panorama, se llegó a concluir que el orden físico de llegada no es lo importante sino el rango social dentro del núcleo familiar. Además, los hijos únicos tampoco salen bien parados ya que, según el estudio, éstos consiguieron niveles más bajos que los primogénitos en familias con más de un hijo.

Rol de responsabilidad

Según sus autores, quizás el hecho de que los mayores suelen cuidar y enseñar a sus hermanos pequeños puede ser un factor decisivo a la hora de formar la inteligencia y responsabilidad del primogénito.

Para muchos, este análisis no es más que una simple tesis que no tiene por qué ser real. Sin embargo, si se echa un vistazo al corporate norteamericano, los principales consejeros delegados de grandes compañías coinciden con la peculiaridad de ser los hermanos mayores. Es el caso de Steve Balmer de Microsoft, Andrea Jung de Avon y Charles Schwab, que tuvo que superar su dislexia para convertirse en una de las personas más ricas del planeta.

Mientras el estudio publicado en la revista Science se centraba explícitamente en adolescentes, el periódico USA Today decidió colaborar con Vistage, la mayor organización de consejeros delegados del mundo, para que encuestase a todos sus miembros y poder probar así que buena parte de los presidentes son los primogénitos de sus familias. De las 1.582 respuestas recibidas, el 43 por ciento afirmaba ser los hijos mayores, el 23 por ciento los pequeños y el 33 por ciento los del medio.

Extroversión y seguridad en sí mismos

Otro estudio a menor escala llevado a cabo por el rotativo entre 155 consejeros delegados aumentaba los porcentajes y apoyaba el estudio de la revista Science. Un 59 por ciento eran primogénitos mientras sólo un 18 por ciento eran los querubines de la familia.

Para Ben Dattner, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York, no es sorprendente que los primogénitos obtengan un mayor porcentaje de éxito profesional en sus carreras puesto que son más extrovertidos y tienen mucha más confianza en sí mismos.

¿Y qué ocurre en nuestro país? A falta de contar con un estudio estadístico que pudiera validar las conclusiones de la revista norteamericana, sí se puede hablar de un auténtico club de primogénicos que puebla las empresas familiares.

Todavía manda la tradición y el traspaso de poderes a la segunda generación suele hacerse asignando al primogénito la mayor parte de las responsabilidades del negocio. Genéricamente el primogénito suele estar más cercano a la generación anterior, lo que le hace idóneo para salvaguardar los intereses y cultura de la empresa.

Ha sido así en las empresas familiares de mayor solera de nuestro país: Santander, Pascual, Ferrovial... Pocas se sustraen a romper la regla. Entre ellas, Alsa, en la que curiosamente el puesto de mayor responsabilidad recae en el segundo de los siete hermanos Cosmen.

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