Pymes y Emprendedores

Pequeños y poco formados... sólo un 1,6% de los autónomos recibe cursos

  • Asturias, Canarias y Madrid lideran el recorte presupuestario para esta formación
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Formación como receta para salir de la crisis. Éste es el mantra que repiten nuestros políticos, expertos y representantes empresariales, sin embargo, cuando se mira la fría estadística, el lema se desmorona. O por lo menos en el segmento que más está sufriendo la crisis: los pequeños empresarios y trabajadores autónomos. Y es que, según supimos ayer de la mano de la organización Ata, sólo el 1,6% de ellos accedió el año pasado a cursos de formación, una cifra especialmente baja frente a la de por sí ínfima en el caso de los trabajadores por cuenta ajena: 12,4%. Sobre el total de la población que recibió cursos de formación, hablamos de un 2,8% de autónomos frente al 97,2 de asalariados. En cifras redondas: 48.499 autónomos formados frente a 1.693.720 asalariados.

"La herramienta de la formación resulta primordial para los autónomos en el actual escenario socioeconómico donde la crisis aún está por resolver", señalan desde Ata, que añaden que para los autónomos se trata de una coyuntura más dura, porque "todavía acusan la falta de acceso al crédito, los impagos por dificultades de la morosidad privada y pública que padecen y una fiscalidad que continúa castigándoles, tanto en el ejercicio de sus negocios como a nivel familiar".

En este contexto, la formación les puede permitir resistir mejor los embates de la crisis, enfocar y dimensionar de nuevo sus negocios, y a los que se hallan en situación de inactividad, reconducirlos a otros sectores emergentes, a través de una formación adecuada, homologada y reconocida, para emprender nuevos negocios, generar riqueza y crear empleo, dicen desde esta patronal.

El dinero, escaso

Este marco general tampoco se concilia con el dinero público que se emplea en formación. El presupuesto destinado a cursos para asalariados es diez veces superior al que se destina para autónomos. Esto es, el dinero medio con el que se forma a un trabajador asciende a unos 26 euros, frente al del autónomo, que baja a 4 euros.

Si tomamos en consideración el volumen total de la financiación aprobada para formar a esta parte del tejido laboral tenemos que en 2009 se emplearon 12,2 millones de euros, es decir el 3,12% del presupuesto total, siendo éste de 393 millones de euros. Ata considera que a la formación de un conlectivo como el autónomo, que genera el 20% del empleo y el 18% del PIB, se destina las "migajas" del presupuesto.

Para el ejercicio 2010, la cosa no mejoró para los autónomos, siguió simplemente congelada, y eso que el presupuesto general para formación sí repuntó: 413 millones de euros, un 4,9% más que el año anterior. Sin embargo, para formar a autónomos se siguió destinando el 3,12 por ciento, es decir, 12,9 millones. Ata recuerda que las partidas destinadas a formación continua están financiadas, según establece la ley de Presupuestos, por las cuotas de formación profesional y las ayudas procedentes del Fondo Social Europeo.

El presupuesto autonómico

Otro dato que destaca Ata es el de la financiación para cursos por comunidades autónomas. En este caso, lo llamativo es que varias regiones han aplicado un recorte en su presupuesto para formar a autónomos. En concreto las que más los han reducido son: Cantabria, que ha recortado el 27% la financiación (de 3,5 millones de euros para 2010); La Rioja, el 13,6% menos (145.209 euros); Canarias, un 10 por ciento menos (14 millones); Cataluña, un 9,3% menos (55 millones) y Madrid, un 8,75% menos (52 millones).

En el capítulo de aumentos de presupuesto destaca el de Aragón, que pasó de destinar tres millones de euros en 2009 a formación de autónomos a habilitar hasta 11 millones en 2010, con lo que de un año para otro ha llegado a triplicar la financiación. Al margen de este caso, también se incrementan los presupuestos de la comunidad de Murcia, en un 7,14% y los de Galicia, en un 6,2% más.

En número de autónomos formados, Castilla y León se coloca en cabeza de las comunidades autónomas, con 2,35 trabajadores de media formados, que equivalen a casi 5.000. Cataluña, denuncia Ata, no cuenta con programas específicos para formación de autónomos y los fondos de Aragón no llegan a organizaciones representativas del sector.

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