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Eufemiano Fuentes da la cara: "No aconsejaría el dopaje"

Eufemiano Fuentes, experto en Medicina Deportiva
Una de las figuras deportivas más polémicas del último año dio la cara ayer poco después de las doce del mediodía. A esa hora, el especialista en medicina deportiva Eufemiano Fuentes hacía su entrada en un aula de la Universidad Rey Juan Carlos para impartir la conferencia La medicina en el deporte, dentro del curso Comunicación y Gestión Deportiva patrocinado por elEconomista.

Decenas de fotógrafos y cámaras de televisión le esperaban en la puerta. La expectación estaba justificada, ya que se trataba de su primera comparecencia pública desde que comenzó la Operación Puerto en mayo del pasado año. Impecablemente vestido y con gafas de sol, posó pacientemente unos minutos hasta que empezó su charla. Sus primeras palabras fueron de agradecimiento para la Universidad por haberle invitado "dadas las circunstancias personales y profesionales" de este último año.

Su conferencia, centrada en cómo la práctica excesiva del deporte de alto nivel puede dañar al organismo y la forma en que la medicina puede prevenirlo, fue el preludio de las esperadas preguntas. Tres palabras estaban en la mente de todos los asistentes -la mayoría estudiantes y muchos medios de comunicación: dopaje y Operación Puerto.

Hasta en una decena de ocasiones respondió Fuentes a cuestiones directas sobre estos temas, y advirtió que no estaba en el foro adecuado para hablar de ese tema, aunque al final sí dio algunas pinceladas. Quizá pensó que no podría irse sin satisfacer las expectativas. O quizá se cansó de repetir lo mismo.

El médico aseguró que el dopaje y consumo de sustancias dopantes es ilegal en España y que él no lo recomienda. "Soy partidario de proteger la salud. Se pueden tener entre 8 y 12 años de vida deportiva, e interesa que en el resto de la vida del deportista no haya secuelas".

Presiones a los médicos

No obstante, reconoció que los médicos "muchas veces se ven presionados a hacer tratamientos que no les gustaría hacer". La solución para Fuentes es que el médico se niegue a hacerlo, pero entonces el club "puede contratar a otro que no se niegue".

Por si alguno dudaba (o duda) de su juramento hipocrático, dijo que el médico "debe estar siempre para proteger la salud del deportista". Hablando de deportistas: ¿sólo se dopan los que se montan en una bicicleta? Fuentes dijo desconocer por qué los casos de dopaje en ciclismo se publicitan tanto, mientras que los que se dan en otros deportes se esconden bajo un tupido velo.

Tampoco dio muchas explicaciones sobre los motivos por los que deportistas profesionales demandaban sus servicios, y si acudían ellos por su cuenta o eran enviados por sus clubes. En cualquier caso, precisó que "ninguno acudió con un cuchillo en el cuello" y que tampoco se molestó en preguntarlo.

También dijo que siempre explicó en cada temporada a los clubes que le contrataron cuál iba a ser la planificación, seguimiento y prevención de cada deportista, así como "lo que estaba dispuesto a hacer y lo que no".

Pudo sentirse incómodo o sentir la necesidad de volver a defender su trabajo, ya que reconoció sentirse "bastante satisfecho con la mayoría de los trabajos" que ha realizado, y que en 30 años de ejercicio nunca tuvo problemas con la salud de un deportista tras tratarlo de sus dolencias.

Sustancias dopantes

En cuanto a lo que se puede considerar sustancia dopante o no, Fuentes dijo desconocer los motivos que configuran esa lista, y explicó que cada deporte se rige por un organismo internacional, al igual que cada país, lo que puede ocasionar que una sustancia esté autorizada por un organismo deportivo pero no por una legislación internacional.

Su conferencia también sirvió para que el médico diera su opinión personal sobre el deporte de alta competición. Fuentes afirmó: "Hoy prima el interés económico y el deportista tiene la necesidad de ganar a cualquier precio". "El segundo es sólo el mejor de los perdedores -explicó Fuentes- y eso lleva a una escalada en el rendimiento para ser mejor, lo que provoca alteraciones en el organismo".

La Memoria del Laboratorio del Control contra el dopaje del Consejo Superior de Deportes (CSD) correspondiente a 2006 recoge que en ese año se hicieron un total de 6.924 controles. Ciclismo, fútbol y atletismo fueron los tres deportes más vigilados (1.093, 1007 y 872 controles, respectivamente).

Sólo el 1,8 por ciento de las muestras tomadas revelaron una o más sustancias prohibidas por la legislación española. El salbutamol y la terbutalina se encontraron en más del 50 por ciento de los casos.

Fuentes del CSD consultadas por elEconomista explicaron que la lucha contra el dopaje en nuestro país tiene dos frentes claros: el deporte de alta competición y el deporte amateur, que es el que más dinero mueve.

Las cifras son bastante claras: el último censo del Boletín Oficial del Estado (BOE) afirma que en nuestro país hay censados 2.321 deportistas de alto nivel. Bastante más difícil es cuantificar el número de aficionados que hacen deporte fuera de los circuitos profesionales.

La Operación Gamma, llevada a cabo en 2004, terminó con 126 detenidos en más de 100 gimnasios. Un año más tarde, la Operación Mamut desarticuló seis laboratorios capaces de producir 10.000 dosis de sustancias dopantes en media hora.
Las leyes españolas tomaron nota. En febrero se aprobó la nueva ley de Protección de la salud y lucha contra el dopaje, que endurece las penas por estas prácticas.

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