
En España, las tareas domésticas siguen recayendo fundamentalmente en la mujer. Según un estudio de la Fundación Alternativas, la desigualdad de género en el trabajo del hogar es mucho más acentuada en este país que en la mayoría de sus vecinos de la Europa Occidental.
La diferencia se reduce en los países escandinavos, donde la tasa de empleo femenino es superior y los varones aportan más en casa. Reino Unido también es buena alumna, ya que en el hogar existe más igualdad que en el sur de Europa. Esta última zona es la que registra los peores resultados: con la excepción de Portugal, la participación de las mujeres en el trabajo remunerado es muy baja.
En los hogares españoles e italianos, los hombres siguen contribuyendo muy marginalmente en el trabajo familiar, que recae casi íntegramente en sus parejas.
Respecto a los hijos, en la mayoría de los países es la mujer quien se encarga de una parte importante de su cuidado, al menos durante los primeros años de vida.
Las investigaciones sobre el trabajo en el hogar indican que cuando ambos cónyuges tienen un trabajo remunerado, e incluso cuando el sueldo del hombre es inferior, es la mujer la que asume la mayor carga. Una de las conclusiones del informe es que en las sociedades avanzadas persisten valores tradicionales, que presuponen que la mujer se debe encargar en mayor medida de estas tareas.