Pymes y Emprendedores

?Sostenible y ecológico son términos distintos, aunque a veces se confunden?

  • ?La sostenibilidad trata de reducir costes en general; si ahorras energía contribuyes al medio ambiente, pero también gastarás menos?
  • ?Si los consumidores exigen a las empresas que respeten el medio ambiente, tendrán que cambiar para seguir siendo viables?

Pedro Chidichimo preside desde 2006 la división para Europa, Oriente Próximo y África en Diversey, proveedor multisectorial líder en soluciones limpias con 10.500 empleados y presencia en 175 países. Para este ingeniero químico natural de Argentina, el debate sobre el cambio climático precisa una perspectiva de negocio y una atención urgente de toda la comunidad empresarial.

En un contexto de crisis, ¿cómo es posible convencer al sector empresarial de que la sostenibilidad es rentable?

Hay una crisis global, de acuerdo, pero frente a ésta hay otra menos patente, pero con potenciales efectos similares a largo plazo y es la profunda crisis que atenaza la estrategia de los costes operativos de las empresas. Uno de los problemas fundamentales es que se tiende a confundir lo verde, lo ecológico, con sostenibilidad, y no son sinónimos. La sostenibilidad es una apuesta que trata de reducir costes en general y, con ello, también los operativos.

Este objetivo podrían suscribirlo todas las empresas, ¿cómo se resuelve la ecuación?

Es sencillo: si se reduce el desperdicio, el malgasto en el consumo de agua, de energía, etcétera, el resultado será bueno para el medio ambiente, sí, pero paralelamente contribuye de la misma manera a ahorrar costes. Las compañías no se dan cuenta de que cambiando unas pautas muy básicas pueden reducir hasta un 20 por ciento de las emisiones.

¿Esas pautas necesitan de una gran inversión?

En algunas empresas, en función de la actividad productiva, es obvio que el gasto deberá ser necesariamente mayor, pero igual de cierto es que el retorno de la inversión es siempre notable y eso es justamente lo que hay que ayudar a hacer entender al sector. El problema principal es que no hay manera objetiva de medir exactamente el impacto de este cambio de política en los resultados de las empresas, sobre todo a priori.

¿Entonces asumir esas inversiones en sostenibilidad implica en principio un acto de fe o un compromiso ambiental, al menos hasta que la compañía recupere la inversión?

Las trabas son iniciales, pero ahí precisamente está nuestro objetivo: en mostrar a las empresas, numéricamente, con medidas concretas y cuantitativas, cuánto es ese impacto económico para incentivarlas a ir adelante con la inversión. Un ejemplo es NH, que ha rebajado la intensidad del aire acondicionado hasta dos grados. El cliente no nota la diferencia y la medida puede parecer una anécdota, pero imaginemos si fuera imitada en todos los hoteles del mundo, qué podría significar en recorte de emisiones.

¿Es por tanto un problema de cultura empresarial?

Es un problema de falta de liderazgo, es un problema de perspectiva global y de ese error de creer que todo lo verde significa sostenible. No es sólo una perspectiva medioambiental y eso es lo que hay que hacer entender al músculo empresarial. La sostenibilidad tiene tres perspectivas y la medioambiental es tan sólo una de ellas.

Pero es quizá la más importante, al menos desde el punto de vista público, como prueba esa identificación...

Sin embargo, son tres patas equilibradas, las otras dos incluyen la dimensión humana, es decir, el objetivo de minimizar los riesgos del cambio climático para el hombre; y la económica, al mismo nivel que el resto puesto que si esta perspectiva no queda garantizada, lo demás se convierte en inviable. De hecho, es cuando le proponemos a una empresa este cambio de perspectiva, a partir de la muestra de los beneficios económicos, donde puedes ganártela. Si no, no es posible.

Ya que es un problema de falta de liderazgo, ¿debería ser el sector público el que actuase para tirar del privado?

Yo no puedo exigirle al sector público, sin embargo si los ciudadanos, los consumidores, exigen a las empresas, éstas no tienen más remedio que cambiar si quieren seguir siendo viables.

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