
El conjunto de administraciones públicas representa el mejor cliente para muchas empresas de nuestro país. Sólo el año pasado licitaron por un importe superior a 63.000 millones de euros repartidos en más de 42.000 contratos emitidos por el Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos.
Contratos que van desde obras hasta provisión de suministros y realización de servicios de todo tipo. "Tienen unas necesidades muy amplias que cubrir, aún en esta época de crisis", señala Rocío Ingelmo, responsable de Sector Público de Ernst & Young, quien ofrece las claves para que una pyme, con independiencia de su tamaño y actividad, pueda contratar con las administraciones.
Todo pasará por la red
Internet está acabando el farragoso papeleo burocrático, también en lo que se refiere a la contratación pública. No hay que olvidar el objetivo que nuestro país se ha fijado: que a finales de este año se esté en condiciones de contratar por medio electrónicos el 50% del volumen de los contratos públicos.
Con esa finalidad se constituyó la web contrataciondelestado.es, un punto único de información en el que se vuelcan todos los datos y pliegos de los concursos, algo que facilita mucho la labor de las empresas. Es decir, ya no es necesario estar atento a los distintos boletines en los que se publican las lictaciones (el DOCE, BOE, los autonómicos...); entrando en esta página y haciendo una búsqueda, da como resultado los contratos que a la empresa le pueden interesar.
Tipos de procedimientos
Existen varios tipos de procedimientos: pueden ser públicos, negociados con o sin publicidad (una vez hecha la oferta, el ente puede llamar y negociar) y puede tratarse también de un procedimiento por invitación.
Esto quiere decir que la administración invita a determinadas empresas a realizar sus ofertas. Para estar en esa lista, nos tendremos que dirigir al ente y emitir nuestra deseo de ser invitados.
Contratos menores y pliegos de contratación
Se habilitan para cubrir una necesidad pequeña, su uso es restringido y se adjudican a una empresa sin necesidad de convocar a otras. Tiene un importe inferior a 50.000 euros, en el caso de los de obras, y de 18.000 euros, el resto.
Se pueden conseguir en el organismo que convoca la licitación o, mucho más fácil, descargarlos de Internet. Por una parte están los de condiciones técnicas, en los que se informan del proyecto en sí, en qué consiste y que se requiere de la empresa candidata; por otra, los administrativos.
En este epígrafe habrá que presentar la documentación de la empresa que acredite, entre otras cosas, estar debidamente constituida e inscrita en el Registro, al corriente de sus obligaciones fiscales y dada de alta en el epígrafe del IAE correspondiente a la actividad a desarrollar.
Acreditar la solvencia
También se requiere a las candidatas probar la solvencia económica y técnica necesaria para acometer el proyecto, servicio u obra por la que se le contratará. Deberá presentar las cuentas, la cifra de negocio de los tres últimos años y el seguro de caución, entre otras cosas.
Además, y debido al momento económico, explica Rocío Ingelmo, también se está pidiendo una garantía provisional mediante aval que equivale al 3% del importe de la licitación. En el apartado técnico, se suelen pedir credenciales de la empresa como currículos del personal, clientes, trabajos realizados...
Entrar en la clasificación
Un paso previo que facilita la presentación a los concursos es figurar en el registro de empresas clasificadas del Estado. Es más, se convierte en un requisito para contratos de obras por importe superior a 350.000?euros o de servicios por importe superior a 120.000?euros.
Se puede acceder a esta clasificación desde la web del Ministerio de Economía (meh.es), en la que viene recogida toda la información para inscribirse así como los formulacios de solicitud.
Y si es pyme, no se desanime, las clasificaciones van por grupos y categorías de la A a la D; la categoría D corresponde a un volumen de facturación superior a 600.000 euros, pero la A, para un volumen de hasta 50.000 euros.