
Como una epidemia. Así de rápido se ha extendido la enfermedad de la oficina en algunas empresas que operan en Cataluña. Ya son cerca de 250 los casos de empleados que trabajan en algunas oficinas de Barcelona y que padecen lipoatrofia semicircular.
Gas Natural, La Caixa y Aguas de Barcelona son las compañías que han confirmado que varios de sus empleados padecen esta enfermedad laboral, caracterizada por la pérdida del tejido adiposo en algunas partes del cuerpo, especialmente en piernas y glúteos. La mayoría de los empleados que sufren esta enfermedad de oficina son mujeres en un porcentaje de entre el 90 y el 95 por ciento.
La acumulación de energía electroestática y la sequedad en el ambiente son, al parecer, lo que ha motivado que más de una veintena de empleados de la Torre Agbar, diseñada por Jean Nouvell, padezcan esta enfermedad laboral, como ya la denominan los sindicatos. Ayer UGT aseguró que eran 23 los afectados. Aguas de Barcelona ha reconocido de momento un único caso aunque no descarta más en los próximos días.
Gas Natural, la primera
La primera compañía afectada por la enfermedad fue Gas Natural a principios de marzo de este año. Tras cerrar su sede, proyectada por la arquitecta Benedetta Tagliabue, durante dos días, los empleados regresaron a su puesto de trabajo.
Al parecer el material de oficina y una mezcla de ambiente seco y energía electroestática podría ser el culpable de la lipoatrofia. A pesar de que la compañía puso masajistas a disposición de los empleados, el número de trabajadores afectados se acerca a los 200.
A principios de este mes fue La Caixa la que reconocía 17 casos en su sede y en algunas oficinas. Según la entidad, las pruebas que se hicieron para ver si el origen de la lipoatrofia estaba en el entorno de las oficinas dio negativo. Sólo 15 días después, la entidad asegura que son 64 los casos que hay en todo el grupo y que están repartidos por diferentes comunidades autónomas. La Caixa ha descartado que el origen del problema sea la sede central donde trabajan los primeros afectados de la entidad.
Tanto UGT como CCOO aseguran que es muy probable que surjan nuevos casos en los siguientes meses ya que los empleados pueden poner nombre a una lesión que antes no se asociaba al trabajo.