
Casi la mitad de los españoles con un contrato a tiempo parcial lo cambiarían por uno de jornada completa. De hecho, el 45,3% de los empleados con jornada reducida optaron por esta modalidad porque no encontraron un trabajo a tiempo completo, según un informe elaborado por el Servicio de Estudios de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT).
El informe indica que la crisis ha incrementado la jornada a tiempo parcial, especialmente en el último año, aunque no de forma "significativa".
En cuanto a los sectores, los servicios engloban el 87,8% de los trabajadores con contratos parciales, seguido de lejos por la industria, con el 6,3%; la construcción, el 2,9%, y la agricultura, el 3%.
Mayoría de mujeres
Además, han sido las mujeres quienes, mayoritariamente, se han acogido a esta modalidad de contratación: el 78,4% de los trabajadores a tiempo parcial (ocho de cada diez) son mujeres.
Por edades, la diferencia está más marcada entre los 40 a 44 años, franja en la que el 88,9% de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres. El estudio señala que el 38,8% de los hombres con contratos a tiempo parcial se concentra entre los menores de 25 años, mientras que el 85,4% de las mujeres con este tipo de contratación tiene entre 30 y 60 años.
Las mujeres se acogen más que los hombres a contratos parciales por motivos relacionados con la conciliación de la vida laboral y familiar: el 18,2% de las mujeres aducen motivos como el cuidado de niños, adultos, enfermos o incapacitados, frente al 1,4% de los varones. Sólo el 2,1% de los hombres elige esta jornada por "otras obligaciones familiares o personales" frente al 11,4% de las mujeres.
El informe subraya que sólo el 7,4% de los ocupados a tiempo parcial eligieron esta modalidad para poder seguir cursos de formación.
La tasa de parcialidad española, es decir el número de ocupados a tiempo parcial en relación con el total de ocupados, está 6,4 puntos porcentuales por debajo de la media de la UE-27, que se sitúa en el 18,7%, según el estudio. No obstante, la tasa de parcialidad varía en función del género, ya que en el caso de las mujeres alcanza el 22% y supera incluso la media europea, mientras que entre los hombres es del 4,4%.