
Anoche, a las 1,07 horas exactamente, comenzó la primavera. No crea que se trata de un dato anecdótico, la llegada de la nueva estación y el retraso de una hora de reloj -el próximo sábado- pueden ser una combinación explosiva para nuestro organismo con consecuencias directas de tipo laboral.
Por ejemplo, la tan temida astenia primaveral, que sufre una de cada diez personas. Este trastorno que surge con la llegada del buen tiempo se caracteriza por un fuerte cansancio, agotamiento, decaimiento y falta de energía para realizar las actividades habituales.
Síntomas
Médicamente, se produce por una disminución de las betaendorfinas en el plasma, que al alterarse causan una sensación de decaimiento y agotamiento. Entre los síntomas: irritabilidad, tristeza, cierta pérdida de memoria, tono vital bajo, dolor de cabeza, cansancio...
Cómo se combate: dormir las horas necesarias, hacer algo de ejercicio físico e incluir en la dieta alimentos energéticos, como fruta, pasta y legumbres.
Todo esto afecta más a las mujeres que a los hombres. Los expertos se atreven a concretar que en un 80 por ciento.
Además, con el cambio de estación, los campos eléctricos también sufren alteraciones en su composición, por lo que las personas con mayor grado de sensibilidad ante los cambios de tiempo y climatología pueden sufrir desde dolores de cabeza hasta mareos y náuseas.
Además, el incremento de las horas de sol hace que en esta época del año se tenga mayor sensación de sueño. Todo esto tiene como consecuencia inmediata que la llegada de la nueva estación haga incrementar hasta en un 10 por ciento las visitas al médico debido a las alteraciones que se producen en el organismo humano.
Además, y debido a las problemas para conciliar el sueño, se consumen más antidepresivos así como de somníferos.
Pero no todo iba a ser negativo. También aumenta el número de horas de sol. La mayor exposición al astro trae como consecuencia un incremento del nivel de serotonina, la hormona que regula el estado de ánimo, mejorándolo.