
Es una escuela de negocios un tanto especial. En primer lugar, porque tiene carácter de fundación y, en segundo, porque fue creada por la Compañía de Jesús. Esta doble vertiente hace que los integrantes de Esade, incluido el profesorado, defiendan unos valores empresariales comprometidos no sólo con el negocio, sino con el desarrollo personal de los directivos.
Carlos Losada, su director general, responde fielmente a este perfil. Convencido de la meritocracia, en el sentido de dar oportunidades a quienes llegan a las escuelas de negocios y no sólo a las élites, acaba de apuntalar su posición en el mercado con el reciente fichaje de Javier Solana para la cátedra de geopolítica y economía. Esade tuvo matriculados en 2009 a 12.000 alumnos (4.000 de ellos en programas largos) y en este nuevo curso - que se iniciará en septiembre de 2010- tienen cubiertas el 85 por ciento de las plazas.
Empecemos por el final, ¿cómo han convencido al ya 'ex mister Pesc', Javier Solana, para que se integre en la Escuela y desde cuándo aceptó sumarse al profesorado de Esade?
Aceptó en la fase final de su puesto como Alto Comisionado de la UE. Yo le había tentado varias veces y cada vez que me lo encontraba en un acto le insinuaba que cuando dejara la política, le estaríamos esperando. Un día quedamos para cenar y a partir de ahí todo fue rapidísimo y aceptó.
¿Por qué cree usted que aceptó la oferta de Esade y qué funciones va a desarrollar?
Creo que Solana, por su trayectoria, incluso antes de la política, difícilmente se puede implicar en un proyecto que no tenga una implicación social muy alta; y Esade la tiene. De hecho, somos una fundación sin ánimo de lucro que reinvierte todo lo que ingresa. Por lo que respecta a lo que nos interesa de Javier Solana, es la combinación de su punto de vista geopolítico y de globalización económica. Dirigirá y coordinará proyectos y él mismo también impartirá clases como profesor.
Hablando de la situación económica y de futuro, hace un par de días, Esade publicó una nota en la que hablaba del riesgo de una salida en falso de la crisis y que no crearemos empleo hasta 2013...
Efectivamente existe riesgo de salida en falso de esta crisis, provocando un efecto W, lo que refleja una nueva caída después de una leve recuperación. No se han modificado las reglas del juego económico, y si además, se incrementarán los tipos de interés y el paro sigue subiendo, el riesgo es más que evidente. Aun así, creo que Zapatero hizo bien, como la mayoría de los gobiernos, en estimular la economía invirtiendo dinero público.
Sin embargo, ahora se está demorando demasiado en tomar otras medidas como la reforma laboral, la innovación o cambiar la forma de adquisión de conocimientos en la universidad. Los Campus de Excelencia Internacional son un buen camino, aunque es un paso muy pequeño.
Y usted, que conoce bien a los directivos, ¿piensa que al menos se han producido los cambios necesarios a este nivel empresarial?
Si le soy sincero, creo que no. Para ello deberían darse tres variables: compulsión, conveniencia y convicción. Falta sentido social en la dirección. Cuando en Gran Bretaña empezó a conocerse el maltrato que recibían quienes trabajaban en las explotaciones mineras, eran las mujeres de los empresarios quienes, probablemente por los relatos de Charles Dickens, preguntaban a sus maridos si ellos no eran tan terribles como los despiadados personajes descritos en las novelas del extinto novelista.
¿Y quiénes representan a estas mujeres en la época actual?
Buena pregunta. No sé qué contestarle. Lo que sí puedo decirle es que uno de los problemas del directivo, ejecutivo y empresario actuales es el cortoplacismo y, mi intuición me dice que los directivos han cambiado poco esta visión y los comportamientos.
Entonces, ¿qué comportamientos es preciso cambiar?
Fundamentalmente, deben saber articular mejor el corto, medio y largo plazo y tener una amplia visión de lo que son los clientes, los proveedores, los inversores... los steakholders.
¿Qué piensa usted de esa nueva moda que han denominado 'management 2.0'?
Pues que es una moda y pasará. A veces, vestimos a la gente con un traje que le queda fatal. En algunas culturas y según qué países, puede que tenga éxito y en otros no. Hasta donde yo sé esta novedad lo único que produce es más interacción directiva en la toma de decisiones, pero nada más.
Antes hablábamos de reflexión. ¿Qué reflexión deben hacer las escuelas de negocio?
Todas estamos en la disyuntiva de si seguimos la cultura empresarial dominante o hacemos lo contrario. Cada una tiene su filosofía y es fácil adivininar cuál es. Creo que no debemos fabricar guetos... alejarnos un poco de la endogamia. Pienso que debemos hacer escuelas de negocios más abiertas. Y si una escuela concede muchas becas, cumplirá mejor este objetivo.