Pymes y Emprendedores

¿Casada, madre y expatriada? Pocas directivas dejan su país por trabajo

  • Sólo veinte de cada cien altos cargos, los más susceptibles de saltar al extranjero, son mujeres

"Si te soy sincera, no conozco a ninguna mujer que esté en una situación similar a la mía", dice Marina Fernández. Esta española de 38 años es directora de Auditoría de Deloitte en Princeton (Nueva Jersey, Estados Unidos), ciudad hasta la que ha arrastrado a su pareja. Su expatriación, de dos años, termina el próximo agosto y, aunque echa de menos Madrid, comenta que se le ha hecho corto.

No son muchas, pero las hay: nos referimos a las mujeres que emigran por razones laborales y cuyas parejas deciden seguirlas. Sin embargo, la mentalidad española aún es machista en este sentido.

Según Margarita Mayo, directora de la cátedra de Liderazgo de IE Business School, "a la hora de ofrecer una expatriación, los directivos dan por sentado que la mujer va a tener más dificultades, ya que sigue vigente el estereotipo de que es la encargada de la casa y de los hijos".

La brecha laboral

Así que ellas pueden colgar su carrera por seguir a sus hombres, pero ellos no suelen hacerlo. ¿Es porque son machistas y no quieren que los mantengan? No siempre.

En la mayoría de los casos, el sueldo de ella es el pequeño (el hombre cobra, como mínimo, un 20% más por hacer el mismo trabajo). "Muy pocas trabajadoras pueden mantener a sus maridos", dice Mayo. Además, la mayoría de los directivos son varones (en España, sólo 20 de cada 100 son mujeres, según datos de Axesor). Pero algún dato positivo hay: la contratación de mujeres para la alta dirección creció un 45% en 2009 en España, según un estudio de Michael Page.

Lo cierto es que a este periódico no le ha resultado fácil encontrar casos como los cinco que ilustran este reportaje; una conocida cadena de distribución y un gigante de la auditoría, entre otras multinacionales, nos explicaron que no tienen directivas con este perfil.

Decisión conjunta

Sí las hay en Iberdrola, a cuyo equipo en Madrid se unió en agosto Rosalind Cooke, llegada desde Reino Unido. Es responsable de Planificación del Talento, se vino con su pareja y sus tres hijos y cree que casos como el suyo "son más comunes en el Reino Unido que en España, aunque aquí llevo sólo cuatro meses". "Mi marido me apoyó desde el principio", dice, "y fue muy consciente de que la decisión que iba a tomar implicaba interrumpir su exitosa carrera para cuidar de los niños a corto plazo". Cooke y su familia se quedarán, en principio, entre dos y tres años.

Marina Fernández, de Deloitte, también destaca el sacrificio de su pareja: "Es duro pensar que vas a depender de otra persona durante dos años. Él lo ha dejado todo por apoyarme".

Ainhoa Aramburu, directora de Marketing de Productos Profesionales de L'Oréal en Asia y expatriada en París, ha entendido este proceso "como una decisión conjunta". Tiene la sue de que su marido "ha podido seguir ejerciendo su profesión y ha vivido el cambio con entusiasmo. La expatriación no sólo te permite alcanzar metas en tu carrera profesional, también te enriquece a nivel personal".

Oportunidades para ambos

Óscar Massó, director de marketing de Sodexo, pasó en Londres los años 2002 y 2003. "A mi mujer, que es investigadora, le ofrecieron un puesto allí". Él lo planteó en su empresa como un hecho consumado: "Les dije que me iba. Pero valoraron mi trabajo y me abrieron las puertas allí a dos procesos de selección. Pasé de ser comercial a ocupar un puesto junior de marketing en la filial británica, aunque me habría ido de camarero si hubiera sido el caso". "Al volver, me hicieron director de marketing en mi empresa. La vida está llena de casualidades".

Anna y Jordi, que prefieren no dar sus apellidos, pronto vivirán juntos en París, la ciudad a la que ella ha sido destinada tras ascender en su empresa, Alstom. Él está encantado, ya que espera que su trabajo como periodista no se vea muy afectado. "En su contrato de expatriada, la condición era que su pareja se fuese con ella. La empresa está cansada de directivos que viven alejados de sus familias y potencian que estén todos juntos", señala. Alstom le pagará un curso de francés para facilitar su adaptación.

En efecto, según Margarita Mayo, "la expatriación se ve, cada vez más, como un tema familiar. En muchos casos, va acompañada de un programa para la esposa o el esposo". No es ninguna tontería: "40 de cada 100 expatriaciones fracasan y la razón es, generalmente, que la familia no se adapta".

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