Pymes y Emprendedores

Bonito, barato, rápido... y para entrar a vivir

La aventura empresarial de Federico Martín empezó en el almacén de material de construcción, "gres y azulejos", especifica, de su familia. Concretamente el día que fue contratado para rehabilitar tres edificios del casco histórico de Toledo. "Son edificios muy viejos, de cientos de años, y me fijé que la estructura era toda de madera, sin tratamiento químico ni engranajes mecánicos de ningún tipo. Me llamó la atención cómo había resistido en pie tanto tiempo".

Ahí recibió la primera señal para interesarse por la madera como material de construcción para la edificación de viviendas.

La segunda le llegó "en un viaje por Estados Unidos, donde vi que las casas se hacen de estructuras de madera y en cuatro meses las tienen terminadas". Fue entonces cuando ambas señales le llevaron a buscar una tercera. "Observando el mercado europeo vi que en Alemania, Francia y Gran Bretaña la construcción en el extrarradio es en un 80% estructura de madera". ¿Conclusión? "Que me propuse hacer un estudio de mercado en España para ver si aquí se podía implantar este modelo".

Esto fue hace cinco años, cuando "vi que el mercado de casas de madera era precario en España. Algunos bancos pensaban que por ser prefabricadas no podían ser hipotecables, los clientes no lo veían claro, también había dudas con los seguros..." En definitiva, "en España el concepto que se tenía de la casa de madera era la cabaña de Heidi".

Pero Martín estaba convencido de que "aquí podía tener futuro". Así que fundó la empresa Casamisura y se puso manos a la obra. "Lo primero que hice fue comprar una parcela y montar una casa. Como me dieron la hipoteca y no tuve problemas con el seguro de hogar, vi que era factible".

Del ladrillo al pino

El siguiente paso era demostrarle al mercado que las casas de madera podían constituir una alternativa rentable en la construcción. "Me pregunté cómo venderlo, y como la gente sobre un plano no ve las cosas claras, diseñé varios modelos y edifiqué uno como piloto para que los clientes pudieran ver con sus propios ojos que una casa de madera no es una cabaña, sino una verdadera vivienda".

Martín cree que el crack inmobiliario que se ha producido en España ha supuesto un incentivo para su modelo de negocio. "Del año pasado a éste la gente ha encontrado un cambio de mentalidad importante. Ya no son reacios, miran alternativas para su vivienda y se fijan en las casas de madera, que además son entre un 15 y un 20% más baratas que las de ladrillo y hormigón. Sin embargo, no quiero que el precio sea la principal ventaja", señala este emprendedor, para quien la gran diferencia entre sus construcciones y la convencionales está "en el hecho de que, desde que obtienes la liciencia, tienes tu casa hecha en un par de meses".

Martín asegura que éste es el plazo de tiempo en el que puede levantar una vivienda de Casamisura, "lista para entrar a vivir".

Más barato, más rápido... y esto se refleja en el mercado, donde según datos de la propia compañía "este año ya tenemos firmados más de 2.000 metros cuadrados" en el mercado de España y Portugal, que son los países donde opera Casamisura. "El año que viene me gustaría doblar esta cifra". Además, en los planes de expansión de esta empresa también está previsto "buscar inversores, porque la demanda de peticiones de presupuesto está siendo muy alta".

Una casa en 30 días

Casamisura cuenta con varios modelos diseñados sobre plano para que el cliente elija aquel que mejor se adecua a sus necesidades. "Son puntos de partida, pero también podemos hacer un diseño a la carta, con lo que nos pida el cliente".

Una de sus últimas novedades es el QubicHouse Concept, una vivienda de 72 metros cuadrados distribuidos en un cubo de seis metros de largo, otros seis de ancho y seis de alto. "Es un modelo que hemos sacado recientemente como propuesta para segunda residencia", explica Martín. ¿Su precio? "Por 69.900 euros la tienes totalmente construida en un plazo de 30 días". Además, es posible elegir varios acabados exteriores.

La razón por la que la construcción de este tipo de viviendas es tan rápida está en que "las paredes vienen prefabricadas, con toda la fontanería y electricidad pasadas", lo que reduce mucho tiempo de montaje.

Además, existe la opción de comprar la casa totalmente amueblada. "Cuando creé esto vi que al comprar la vivienda tienes que ver qué muebles meter, así que damos esa solución como opción para entregarla lista y completa para entrar a vivir", concluye este emprendedor tras cinco años de aventura entre maderas.

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