
El hormigueo en tierra firme y en las alturas del esqueleto de acero y hormigón es, ante todo, frenético: 2.200 obreros con casco amarillo se turnan día y noche para que, antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, Shanghai ofrezca al mundo una muestra más de la pegada del capitalismo rojo.
A su finalización, el SWFC será el rascacielos más alto del mundo con 101 pisos y 492 metros de altura. Sólo el Taipei 101 de la capital taiwanesa lo supera en altura, pero sólo gracias a los 60 metros que mide su antena.
Músculo chino
Allá abajo se siente el músculo chino del futuro. Gracias al coloso en construcción, la ciudad de Shanghai -y su distrito financiero de Pudong-, se convertirá junto con Londres, Nueva York, Hong Kong y Tokio en uno de los epicentros financieros más importantes del mundo.
Y eso que a finales de los 80, Pudong no era más que una zona pantanosa del delta del río Yangtzé.
Pero tres lustros después, tras una fiebre constructora sin precedentes que -según la leyenda- requirió allí a una de cada cuatro grúas del planeta, Pudong alberga a 1,8 millones de habitantes en un área equivalente al 80 por ciento de Madrid.
Un edificio de referencia
Junto al río Hungpu, el SWFC ya ha superado en altura a todos los rascacielos vecinos, con la excepción de la contigua torre Jin Mao, el cuarto bloque más alto del planeta con 88 pisos y 421 metros.
En 2008, el SWFC será el edificio de referencia para las compañías globales que hagan de Shanghai el epicentro de sus operaciones chinas o asiáticas, según señalan sus promotores, la compañía japonesa Mori Building Co.
Las 70 plantas de oficinas serán complementadas con 180 habitaciones del hotel Park Hyatt de superlujo (pisos 79 a 93), tres plantas para conferencias y un área comercial con capacidad para unos 60 locales. Entre los pisos 94 y 100 podrá accederse, a bordo de alguno de sus 94 ascensores, a la plataforma de observación más alta del mundo.
En busca de clientes selectos
Mori Building Co. apuesta por atraer a sus oficinas clientes premium. "Por ejemplo, como consecuencia de la apertura del sector bancario por la entrada de China a la OMC, muchas entidades querrán instalarse en China.
Y como en Pudong falta espacio de oficinas para las grandes compañías, creemos que la expansión será cada vez mayor", explica a elEconomista Toshifumi Saito, vicepresidente de Mori.
Pese a que la especulación inmobiliaria ha llevado a una desocupación próxima al 20 por ciento en Shanghai, Saito asegura que muchas compañías están ya interesadas y creen que "el espacio se llenará rápidamente".
Cuarenta dólares por el metro cuadrado
Según Saito, el precio del metro cuadrado de alquiler está aún "bajo discusión porque el mercado en Shanghai está subiendo". Actualmente, se paga en torno a 40 dólares el metro cuadrado.
Para el proyecto, Mori y otros 40 accionistas han invertido 105.000 millones de yenes (665 millones de euros, la mitad financiados mediante deuda), casi un 30 por ciento más que cuando brotó el proyecto en los 90.
Y es que, sólo al arrancar, estalló la crisis asiática y sus consecuencias se dejaron notar varios años después. "El mercado no estaba bien", recuerda Saito.
Luego se modificó el diseño original (32 metros más alto), incluido su agujero circular de 50 metros de diámetro que reflejaba, según los habitualmente susceptibles chinos, dos sables a los lados de un sol naciente: una humillación imperdonable del imperialismo nipón. Tras la parálisis, Mori salvó la problema con el actual agujero cuadrado. Desde 2005, el ritmo de construcción es imparable: cuatro días por piso construido.
Pudong, epicentro financiero
Cuando el SWFC sea por fin una realidad, Pudong podrá lucir todo su esplendor como epicentro financiero de China. Junto a los rascacielos actuales y el SWFC, muchas de las grandes cadenas hoteleras internacionales como Four Seasons, Gran Hyatt y Ritz Carlton han iniciado ya la construcción de nuevos y lujosos hoteles en la zona. También muchas corporaciones globales seguirán los mismos derroteros.
"Más competencia significa que la zona es competitiva. Habrá un efecto sinergia muy valioso", remata Saito, vicepresidente de Mori, para confirmar que Shanghai será sin duda la joya económica y financiera del capitalismo rojo.