Pymes y Emprendedores

Más racionales y sanos a nuestro pesar: la crisis nos obliga a cambiar

"El capitalismo es un incendio que nunca se extingue, sólo se contiene", asegura el economista Joseph Schumpeter. Y parece claro que 2008 ha quemado vidas en una hoguera de las vanidades sin precedentes desde la crisis de 1929. ¿Nos hará cambiar la situación económica que estamos viviendo? Si es así, ¿cómo seremos a partir de 2009?

Chris Rum, profesor de Economía de la Universidad de Carolina del Norte, señalaba al Sunday Times que la recesión reduce el número de víctimas de accidentes de tráfico y de infartos.

Sin trabajo y sin comer fuera, dice este experto, la gente adelgaza y se vuelve más activa. No debe de andar desencaminado, puesto que los viajes en metro se han reducido en Madrid en un 6% (3,5 millones menos de viajeros), y los de autobús han descendido aún más. ¿Por qué? Porque la gente sale menos y, por añadidura, bebe y fuma menos.


La crisis el ocio altera

Aparte del ocio que se ha visto alterado por la situación económica, la gente se ha vuelto más casera. Y también los hábitos televisivos, con caída de los programas del corazón y auge de aquéllos que incluyen tertulias o que explican a la gente cómo aprovechar mejor lo que tienen.

En España, al contrario de países más fríos, parece que el cine está a la baja frente a las cañas y las tapas. Y eso se ve mucho en los pueblos donde los negocios básicos, léase panadero, no saben lo que es crisis, como cuenta el panadero de Roa de Duero, en Burgos. Algunos expertos, incluso, auguran un ascenso del talento y una pérdida de poder de los que tienen cocientes intelectuales más bajos, como los futbolistas. Así opina Paul Omrmerod de los que juegan en la Premier League.

De hecho, los próceres del balompié ya están pensando en una superliga de clubes, porque el dinero no les llega. Hasta la Fórmula 1 se ha atado los machos con la desaparición de patrocinadores como RBS o ING. 2009, además, nos permitirá comer mejor por menos dinero, puesto que los restaurantes de postín también han bajado los precios.


Platos para compartir

La crisis se nota en el bolsillo, está claro. Pero tomarse una caña con los amigos no sale tan caro y además sienta muy bien. Según explica Juan Antonio Fernández, gerente de Asfydis, la asociación de empresas de ocio nocturno de Madrid, esta agrupación funciona como "el termómetro de la sociedad".

Y, según este termómetro, a salir no vamos a renunciar. Fernández relata: "Tengo un local en el centro de Madrid y los clientes me dicen que si encima de no poder irse de vacaciones no salen ni a tomar unas copas, ¿qué les queda?". Pese a ello, los ingresos de estos locales han caído casi un 30% desde 2007. Y cada cliente se deja, de media, 10 euros. "En lugar de tomar dos copas, ahora se toman sólo una. Beben antes de venir o nos cuelan botellas o petacas".

¿Cenaremos fuera a menudo? No tanto. Según José Luis Guerra, portavoz de la Federación Española de Hostelería: "Salimos con menor frecuencia y gastamos mucho menos. Ya en la anterior crisis descubrimos que los platos se compartían y a prescindir del postre. Además, cambiamos el vino caro por uno más asequible". El año pasado, las ventas del sector cayeron casi un 3%, añade Guerra, y para este año se cree que fácilmente se sufrirá un bajón del 6%, lo que supondría casi 6.000 millones de euros menos.


Nuevas tecnologías

El ritmo desenfrenado de ventas de productos de nuevas tecnologías se ha ralentizado. Particulares y empresas están dispuestos a apretarse el cinturón en la renovación de ordenadores o móviles. Descuentos agresivos, equipos de segunda mano y salida de estocaje son las tendencias en este ámbito.

Según un informe de MyComputer, los responsables de estas empresas han detectado un fuerte aumento de la demanda de productos más baratos y descuentos que van del 60% en ordenadores de sobremesa al 42% en portátiles y del 70 y el 30% en móviles y consolas, respectivamente.

Desde el punto de vista de las empresas "en vez de proyectos bombo de máxima innovación, ahora se busca eficiencia en procesos y puntualidad en los datos", explica Juan Garay, socio de la consultora Everis. Garay añade que en muchas compañías ya no se potencia el uso del móvil, "sino que se utiliza cada vez más la telefonía IP y se va eliminando el fijo. Los recortes se dan especialmente en los procesos a corto plazo, además de otros recortes como limitar los saldos del móvil o la accesibilidad fuera de la oficina".


Talento y moda

Decir que la culpa de la crisis la tiene la Generación X, como apunta la escritora Maruja Torres, quizá sea reducirlo demasiado, pero indica algo. Porque esa obsesión por el trabajo no ha dado buen resultado. Y parece que van a cambiar las cosas.

O deberían hacerlo, dice Diego Vicente, profesor del IE Business School: "Hace falta gente con un poco más de visión y creatividad, no tanta obsesión cortoplacista". En esa idea abunda José Poblaciones, director de Admisiones de Esade: "Se hará más énfasis en otros valores y en que se impulse la Responsabilidad Social", dice. "La crisis ha subrayado la importancia de los valores. Creo que la sobriedad y la austeridad volverán", dice Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE.

¿Y la forma de vestir? Susana Campuzano, directora del Programa de Gestión de Empresas del Lujo de IE Business School, vaticina "una vuelta al consumo racional. Menos Zara, con colecciones renovables casi cada semana. Se recuperarán los iconos de las marcas y se buscarán cosas menos efímeras", dice. Mercedes Rodríguez, directora del Executive MBA en Empresas de Moda del ISEM, también cree que ahora se pensará en ciertas compras como una inversión duradera y se evitará la ostentación.

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