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EEUU exhibe su arsenal de misiles y derriba con éxito un antiguo satélite espía

Estados Unidos ha lanzado esta madrugada, a las 4.40 hora española, un misil desde un destructor militar situado en el Pacífico, que ha impactado contra el antiguo satélite espía US 193 para prevenir que sus 450 kilogramos de combustible tóxico llegasen a la Tierra. "Se ha lanzado el misil y el impacto ha sido un éxito", han informado fuentes del Pentágono.

"La operación tiene dos finalidades: destruir el satélite, por un lado, e ir perfeccionando los sistemas antimisiles por el otro", comentó Luis Ruiz de Gopegui, ingeniero y ex director de la NASA en España. Y cuesta entre 40 y 60 millones de dólares (entre 27 y 41 millones de euros).

Repercusión internacional

A lo largo de las últimas semanas las autoridades estadounidenses habían asegurado que existían pocas posibilidades de que los restos del satélite espía cayeran sobre zonas pobladas. En este sentido, el consejero asesor adjunto de Seguridad Nacional de EEUU, James F. Jeffrey, advirtió recientemente de que sólo había una posibilidad remota de que el satélite se desplomara sobre La Tierra, superara intacto la entrada en la atmósfera terrestre y diseminara gases tóxicos.

EE UU ha calificado la destrucción del satélite estropeado US 193 de "medida preventiva", entre críticas de que está dando un paso más en la militarización del espacio con una mera demostración de fuerza. El satélite tiene el tamaño de un autobús, está a la deriva y sus depósitos contienen hidrazine, un combustible para los motores de los satélites altamente tóxico. La hidrazine ataca el sistema nervioso central y puede ser mortal en fuertes dosis, pero se degrada rápidamente con los rayos ultravioletas. Precisamente la presencia de hidrazine es la justificación para derribar el satélite. Estados Unidos desmintió toda tentativa de imitar a China que, en enero de 2007, derribó con un misil un viejo satélite meteorológico chino. Rusia, sin embargo, ve en esta operación una prueba antimisiles escondida. Por su parte, Francia insistió el martes en que "todas las medidas sean tomadas" para garantizar la seguridad y la integridad de otros objetos espaciales.

La operación también ha puesto en alerta a las agencias espaciales que vigilan la basura en órbita, los restos de material que suponen un serio riesgo para los sistemas espaciales en funcionamiento. Si el satélite ha resultado efectivamente destruido con éxito, sus trozos caerán rápidamente a Tierra dado que la altura a la que está es baja (unos 240 kilómetros, el límite de la atmósfera).

Un satélite con desperfectos

El US-193 fue puesto en órbita hace algo más de un año y algo falló en su ordenador de a bordo inmediatamente, lo que impidió que alcanzara su posición orbital correcta. Desde entonces está perdiendo altura, primero lentamente y ahora de manera más rápida. El Departamento de Defensa había esperado hasta el día de hoy para derribar el aparato para que el acontecimiento no supusiera ninguna amenaza en las labores de aterrizaje del transbordador 'Atlantis', que tras doce días de misión en la Estación Espacial Internacional (EEI) llegó el miércoles por la mañana al Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida). A primera hora de hoy se temió no poder derribar el satélite, de 2.270 kilogramos de peso, debido al alto oleaje reinante en el Pacífico Norte con olas de hasta dos metros, que finalmente no han impedido la operación. La decisión final de disparar fue adoptada por el secretario de Defensa, Robert Gates, quien el miércoles viajó a Hawai para iniciar un periplo de nueve días por Asia.

Para la operación, Estados Unidos ha desembolsado unos 60 millones de dólares (41,38 millones de euros) para poder llevar a cabo esta tarea, muy seguida por los medios de comunicación estadounidenses debido a la espectacularidad y la precisión requerida en la operación. Además, Defensa recordó que la comunidad internacional fue avisada de que se llevará a cabo el derribo y las razones del mismo.

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