Son numerosas las veces que hemos recibido la misma pregunta: "Para entrar apalancado... ¿mejor Warrants o CFDs?". Nosotros siempre respondemos lo mismo... ¿CFDs o Turbos? Porque son instrumentos que se asemejan mucho más entre sí que los Warrants. Explicaremos por qué.
Los CFDs o "Contract For Difference" (Contratos Por Diferencias) son contratos privados entre un inversor y una empresa que proporciona contrapartida. Permiten a un inversor posicionarse alcista o bajista sobre un activo, pero el inversor no tendrá comprar o vender físicamente dicho activo, sino que el inversor realizará únicamente un depósito inicial (habitualmente del 10% del valor total de la inversión) que servirá como garantía de la operación, la cual se liquidará por diferencias ajustando diariamente dichas garantías. Los CFD nos permitirán posicionarnos en una amplia variedad de activos y evolucionarán siguiendo estrechamente la cotización del activo que hayamos elegido.
Lo veremos mejor con un ejemplo:
Imaginemos que queremos abrir una posición alcista sobre 1.000 acciones de Telefónica que cotizan a 17 EUR. Para ello necesitaríamos 1.000 acciones x 17 EUR = 17.000 EUR. Si el CFD exige unas garantías del 10%, podríamos abrir una posición sobre 1.000 acciones de Telefónica depositando unas garantías iniciales de 10% x 17.000 EUR = 1.700 EUR.
- Si al día siguiente Telefónica cerrase a 17,50 EUR habríamos ganado +0,50 EUR/acción x 1.000 acciones = 500 EUR (recordemos que nuestra inversión inicial era de 1.700 EUR; las nuevas garantías requeridas ascenderían a 1.750 EUR).
- Si al día siguiente Telefónica cerrase a 16,25 EUR, habríamos perdido -0,75 EUR/acción x 1.000 acciones = -750 EUR, con lo que tendríamos que reponer garantías si quisiésemos mantener la posición abierta al día siguiente (las nuevas garantías serían de 1.625 EUR).
Aspectos a tener en cuenta:
A.- Aunque sea nuestro broker quien ponga el CFD a nuestra disposición, habitualmente no será él quien respalde el mismo sino que deberemos firmar un contrato marco con una empresa comercializadora de este tipo de instrumentos, empresa que en el 99% de los casos no será un banco, aseguradora o broker reconocido. Dado que no estamos hablando de un instrumento que cotice en ningún mercado oficial bajo supervisión, la empresa comercializadora deberá fijar en dicho acuerdo todos los términos y condiciones bajo los que se regirá nuestra relación con dicha empresa y las cláusulas que regulen cada CFD que compremos en el futuro y dichas cláusulas y funcionamiento podrá diferir de una entidad comercializadora a otra dado que cada una establecerá libremente las condiciones que deberemos aceptar si queremos negociar un CFD con ella.
B.- Las pérdidas serán ilimitadas mientras no cerremos nuestra posición. Si el mercado abre con un hueco importante en nuestra contra y las garantías no son suficientes, el broker nos llamará para pedirnos la cantidad que falte.
C.- Aunque el inversor no compra/vende físicamente el activo, alguien tendrá que hacerlo en su lugar, por lo que las comisiones y financiación de la operación son elevadas:
- Habitualmente el 0,10% del nominal por operación (en nuestro ejemplo 0,10% x 17.000 EUR = 17 EUR por la operación de compra)
- Más el (Euribor + 2,50%) sobre el nominal por cada día que el inversor mantenga la posición alcistas abierta (en nuestro ejemplo 17.000 EUR x (1% x 2,50%) x 1 día / 360) = 1,65 EUR por día)
Los Turbos se comercializan en Alemania como "mini-futuros" y en la City londinense con el sobrenombre de "listed CFDs" o CFDs Cotizados. Y es que tienen muchas de las ventajas de los CFDs (menor inversión o lo que es lo mismo, apalancamiento, posicionamiento alcista o bajista y evolución lineal con respecto al activo sobre el que invertimos) y características propias, como son:
- Hablamos de instrumentos cotizados por grandes bancos por lo que la contrapartida de nuestra posición es una institución financiera reconocida y sólida, en muchos casos con una amplia experiencia en instrumentos derivados.
- Transparencia: los Turbos son supervisados por CNMV cotizando en un mercado oficial (la Bolsa) cuya regulación establece las normas y condiciones de inversión sea cual sea el emisor del Turbo, el cual no podrá establecer ninguna condición adicional.
- Los Turbos otorgan a su comprador beneficios ilimitados y pérdidas limitadas. Un inversor en Turbos nunca podrá perder más de lo desembolsado inicialmente una vez su Barrera de desactivación sea alcanzada.
- Al invertir en Turbos nos será suficiente con contar con una cuenta abierta en un broker, al que pagaremos una comisión de intermediación que ronda los 6 Euros de media.
- La operativa es idéntica a la compra/venta de acciones, no hay liquidación por diferencias, ni garantías, ni costes de financiación diarios.
Ahora bien, no todo son ventajas con los Turbos. Hay algunos aspectos que el inversor debe tener en cuenta, como son:
- La Barrera del Turbo actuará como Stop de Protección obligado en el caso de que las cosas vayan mal, lo cual es una ventaja en manos de alguien experto que realice una buena gestión monetaria pero una gran desventaja para un inversor inexperto, que suele buscar el altísimo apalancamiento que da la barrera más cercana, lo cual aumenta el riesgo de que ésta sea alcanzada y se desactive. Si eso ocurre se pierde el 100% de la inversión.
- Hay en estos momentos una oferta muy reducida de Turbos. BNP Paribas es el único banco emisor de Turbos en España y, de momento, la oferta se limita a Turbos en Telefónica, BBVA, Santander, Repsol, Iberdrola, Ibex-35, Oro, Petróleo y tipo de cambio EUR/USD.
- Los Turbos son más baratos que los CFDs pero tienen un deslizamiento que debe ser muy cuidado a la hora de operar por la enorme diferencia porcentual que existe entre el bid y el ask (oferta y demanda).