Érase una vez... (como tantas otras veces) que un indiano español -sevillano por más señas- quiso demostrar que su aventura americana había dado fruto. El fruto en esta ocasión era el café.
Juan Ferrer, que ése era su nombre, inició su actividad empresarial abriendo tienda en la calle O'Donnell de Sevilla en 1897, poniéndole el nombre de Catunambú, que era el nombre de la etnia indígena que habitaba de la zona del río Orinoco... "en la época en la que no había países" tal y como nos narró el pasado 23 de enero en el acto de presentación a los medios en Madrid, el máximo ejecutivo de la firma CATUNAMBÚ, Jaime Borrás.
Tras más de un siglo de trayectoria en el mercado y desde su factoría en Sevilla, la empresa andaluza que se basa en la compra, tueste y venta de café, sigue trabajando para conseguir el mejor café, y presentarlo en diferentes formatos: café en grano, molido, en cápsulas, en monodosis, soluble... y para estar a la altura de los tiempos: en caviar de café. ¡Larga vida a quién se lo trabaja!
