Lo que le pasa al coche cuando da tirones
Inyectores sucios: el combustible no fluye bien
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1. Inyectores sucios: el combustible no fluye bien

Los inyectores son los encargados de pulverizar el combustible en la cámara de combustión. Si están sucios u obstruidos, el motor no recibe el combustible de manera uniforme, lo que provoca tirones, sobre todo a bajas revoluciones. Es un problema frecuente en coches que hacen trayectos cortos y no permiten al motor alcanzar su temperatura ideal de funcionamiento.

Bujías desgastadas o defectuosas
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2. Bujías desgastadas o defectuosas

Las bujías en mal estado generan fallos en el encendido del motor. Si no se produce la chispa correcta en el momento justo, notarás tirones, especialmente al acelerar. Además, el coche puede tener dificultades para arrancar o aumentar el consumo de combustible. Revisarlas cada 30.000 a 60.000 km es clave para evitar estos problemas.

Filtro de aire obstruido: menos oxígeno, menos potencia
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3. Filtro de aire obstruido: menos oxígeno, menos potencia

Un filtro de aire sucio impide que el motor reciba suficiente oxígeno, lo que afecta directamente al rendimiento del coche. La mezcla aire-combustible se desequilibra y provoca tirones o incluso paradas bruscas. Cambiar el filtro regularmente, sobre todo si conduces en zonas con mucho polvo o tráfico, es una medida sencilla pero eficaz.

Problemas en la transmisión o embrague
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4. Problemas en la transmisión o embrague

En coches manuales, un embrague desgastado o mal ajustado puede hacer que el vehículo dé tirones al cambiar de marcha. En los automáticos, una caja de cambios con falta de mantenimiento o con aceite degradado también produce sacudidas. Si los tirones aparecen al hacer cambios de velocidad, la transmisión podría estar detrás del fallo.

Fallo en el sistema de admisión o sensores electrónicos
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5. Fallo en el sistema de admisión o sensores electrónicos

Los coches modernos dependen de sensores que ajustan electrónicamente la mezcla de aire y combustible. Si alguno falla, como el sensor MAF o el de oxígeno, el motor no "entiende" bien las condiciones de conducción y reacciona de forma irregular. Esto se traduce en tirones impredecibles, incluso cuando el coche está parado o al ralentí.


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