
El Wanda Metropolitano, estadio del Atlético de Madrid, alojará la final de la Copa del Rey que enfrentará a Barcelona y Sevilla el 21 de abril. No habrá cambios ni en la fecha ni el lugar previsto para el duelo, a pesar de las presiones de los contendientes.
La RFEF ha hecho oficial el lugar y el día de la final, que tendrá lugar solo tres antes de la ida de semifinales de Champions League, algo que pone en alerta a ambos equipos, todavía con opciones de llegar a esa fase de la competición. Dos duelos de máxima exigencia apenas separados por 72 horas.
La cita obligará a aplazar un total de tres partidos: el Atlético-Betis, el Barcelona-Villarreal y el Sevilla-Real Madrid, todos ellos de la jornada 34 y retrasados al 9 de mayo, según informa Marca, antes de la jornada 37 y una semana después de la vuelta de semifinales de Champions. No obstante, según As, el Atlético sí podría jugar su duelo en una fecha diferente: tan solo uno o dos días después de la final, el 22 o el 23 de abril.
De esta manera, se rechazan las peticiones tanto de Barcelona (que pidió jugar en Madrid, pero en otra fecha) como de Sevilla (que deseaba jugar en su estadio, el Ramón Sánchez-Pizjuán).
Para la final, cada escuadra tendrá 22.000 entradas, que suman 44.000 de las más de 67.000 totales que brinda el Metropolitano. El resto, más de 23.000, serán para la RFEF y sus compromisos.