El Real Madrid de Zidane se ha convertido, esta temporada, en una sombra de la versión excelsa que acabó el curso pasado arrasando en LaLiga y en la Champions. Alejado de la cabeza (este fin de semana no supo aprovechar el pinchazo del Barça y es 4º, a ocho puntos de los culés) sus registros en puntos hablan de un tanteador pobre que acercan al técnico francés a números de destitución.
Valga como referencia el último despido que sufrió un técnico del Real Madrid. Al final de la 14ª jornada de la temporada 2015-2016, el equipo blanco había sumado 30 puntos en Liga que le mantenían en tercera posición, esto es, dos puntos que ahora y una posición mejor con respecto a los números que está cerrando Zidane.
En la temporada 2008-2009, Schuster fue destituido en la 14 jornada después de perder dos partidos consecutivos contra Getafe y Sevilla. Aquel Real Madrid sumaba ya cuatro derrotas y apenas dos puntos menos que el actual equipo blanco, esto es 26. Cuando Schuster fue despedido el Madrid caminaba 5º en la tabla clasificatoria.
Tres campañas antes, Wanderlei Luxemburgo también fue despedido en la jornada 14 con 25 puntos en su haber, esto es, también apenas tres menos que los que tiene el Real Madrid a estas alturas de campeonato.
Las circunstancias, es verdad, cambian el panorama actual con respecto a aquellos casos. Benítez, por ejemplo, fue despedido más adelante, aunque ya por entonces tenía media estocada por su mala relación con el vestuario y por venir de ser goleado (0-4) en el clásico ante el Barça. También se había producido ya el ridículo del Carranza, con la alineación indebida de Cheryshev que le costó la Copa al Madrid.
Schuster, por su parte, fue despedido tras afirmar que sería imposible ganar al Barça en el clásico y con actuaciones también pobres en la Champions y la Copa (el Real Unión de Irún lo eliminó en dieciseisavos).
El crédito de Zidane es mucho más grande por los resultados conseguidos desde que se sentó en su banquillo (no han pasado ni dos años y ha ganados dos Champions y una Liga) y también por ser una figura del madridismo, un mito que apenas generar ruido y sabe capear el temporal de estos reveses con mano izquierda.
Sin embargo, y pese a ello, la duda está en saber cuánto le puede durar ese crédito si los malos resultados se repiten en el campeonato local. El rendimiento en la Copa y la Champions tendrán mucho que decir, aunque, a día de hoy, el Madrid apunta a que no ganará la Liga e incluso a que podría tener problemas para clasificarse por la vía directa de las tres primeras plazas en la Champions League.
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