El PSG necesita ingresar dinero. La culpa es del 'fair-play' financiero. Su déficit actual se cifra en 75-80 millones de euros. Dicho de otra forma, si no consigue esta cuantía antes del cierre del mercado estival de 2018, podría ser castigado por UEFA. De ahí que en París estén buscando mecanismos con los que lograr ese dinero. El más fácil, directo y eficaz es el de la venta de futbolistas. Con las estrellas que tiene el conjunto de Neymar, no debería ser complicado recaudar lo deseado sin esfuerzo. Para ello, tres hombres se han colocado en la rampa de salida. Son Di María, Lucas Moura y Pastore.
Lo de Di María es un secreto a voces. Tanto, que él mismo admitió en una reciente entrevista que estuvo muy cerca de reforzar al FC Barcelona. El PSG reclamó precisamente 80 millones de euros por su venta (habría taponado su agujero en las cuentas) y eso frenó la venta. El Barça no estaba por la labor de ayudar al club que le había 'robado' a Neymar.
Ahora, en el mercado invernal, Di María volverá a estar en el mercado (podrían reclamar 50-60 millones) como la joya de la corona entre los posibles traspasos de los galos. Es el futbolista con más cartel y el que más está participando en la temporada pese a que Mbappé y Neymar le han cerrado las puertas de la titularidad.
La tiene cerrada desde hace tiempo Lucas Moura, jugador que, con Ben Arfa, ha organizado un frente anti-Emery en el vestuario. Dicen desde la prensa gala que la mayoría de filtraciones negativas que surgen de su vestuario llevan la firma de uno u de otro. Ni que decir tiene que el preparador español no lloraría su pérdida. Al contrario. Su precio, informa Sport, podría rondar los 30 millones de euros.
Pastore también tiene opciones de marcharse y, como los otros dos compañeros citados, cuenta con un importante mercado. En París ya no cuenta pero, hasta hace dos temporadas, era una pieza intocable. A sus 28 años es jugoso para cualquier equipo releventa en el viejo continente. Su precio de salida, unos 20 millones.
