
Zinedine Zidane tiene una maldición liguera. Residen en casa. Se llama Santiago Bernabéu. El entrenador del francés del Real Madrid se está encontrando con un problema sorprendente. En su hogar le cuesta más sacar los partidos que lejos del Paseo de la Castellana.
Inconveniente que este curso se ha agravado notablemente con dos empates y una derrota en los tres primeros duelos del campeonato. El Madrid no sabe aún lo que es vencer este año en su campo en el torneo de la regularidad. Fuera, sin embargo, es una apisonadora, con dos victorias y ambas, además, contundentes, frente al Deportivo de la Coruña (0-3) y Real Sociedad (1-3).
La temporada pasada esta anomalía (ganar más allende la capital que en el Bernabéu) ya se manifestó. El Real Madrid fue campeón de Liga gracias a lo que venció fuera y no de local. Logró 47 puntos de visitante frente a los 46 conseguidos en casa.
Además, las exhibiciones goleadoras fueron más frecuentes en otros estadios que en el suyo. Así el Madrid hizo 58 goles a favor y encajó 21 fuera de casa frente a los 49 a favor y 20 en contra del Bernabéu.
Sólo en la temporada 2015-2016, en la que Zidane se hizo con los mandos del banquillo del Real Madrid, su equipo sumó mejores números de local que de visitante. Entonces hizo 27 puntos en casa, 41 goles a favor y 7 en contra fruto de 9 victorias y una sola derrota. Fuera aquel Real Madrid hizo 26 puntos con 8 victorias, 2 empates, 22 goles a favor y 9 en contra.