
Sergio Ramos encrespó los ánimos de la afición del Sevilla este jueves cuando, tras marcar un gol a lo Panenka, se lo dedicó a los ultras del Sevilla, los conocidos como Biris. Al resto de la afición le pidió perdón. En un SMS privado Ramos explicó que su reacción estaba motivada por los insultos a su familia (aquí puede leer el SMS).
Es la historia de un viejo divorcio que nace en 2005, fecha en la que el central sale del club hispalense para fichar por el Real Madrid. Desde entonces varios sectores del sevillismo no le perdonan su marcha. Estos ultras dejaron claro que no le perdonaban su adiós. Ni a él, ni a su hermano.
En la temporada 2008-2009, en la visita del Real Madrid a Nervión, este sector de la grada lució una pancarta que es uno de los gestos que más dolió al defensa de Camas.
"Ramos, un apellido, dos hijos de puta", rezaba en referencia a Sergio Ramos y René Ramos, hermano y representante del futbolista.
En aquella época presidía el Sevilla José María del Nido, mandatario que también estaba en el palco cuando puso rumbo a la capital y al que Ramos culpa en privado de parte de ese odio. Según su versión, Del Nido esparció mentiras sobre Ramos para empañar su marcha.
Sus relaciones no eran buenas y aunque el defensa ha dicho por activa y por pasiva que es sevillista (incluso ha confesado que quiere que le entierren con la bandera del Sevilla y la del Real Madrid), aquella situación sigue pasándole factura como se demostró ayer durante el partido y después del gol del capitán merengue.