El día que se presentó su renovación, Cristiano Ronaldo agradeció a Florentino Pérez su nuevo contrato porque "el fútbol no tiene memoria, pero tú sí la tienes". Una amnesia que, en el caso del banquillo del Real Madrid, está a la orden del día. Ancelotti se marchó un año después de haber ganado la Décima. A Zidane le podría suceder lo mismo, pero con la Undécima. El francés se juega buena parte de su futuro ante el Atlético de Madrid y el Barça, rivales ante los que se medirá en apenas 15 días y de los que puede salir o bien más que reforzado, o bien más que debilitado.
Y es que en este arranque de temporada el equipo merengue ha dejado dudas, muchas dudas. Lo hizo durante el tramo de cuatro empates consecutivos. Lo ha hecho recientemente con el tropiezo ante el Legia o la imagen que dejó el equipo en el Bernabéu frente a Athletic (triunfo 2-1) o Leganés (triunfo 3-0).
En ambos partidos los merengues sufrieron para sacar las victorias adelante y lo hicieron, además, dejando sensaciones negativas, sin un juego brillante o un modelo definido de fútbol. A día de hoy resulta complicado responder a la pregunta de a qué juega el el Real Madrid.
Por todo ello, las siguientes semanas serán importantes para el club y, sobre todo, para su entrenador. La primera prueba de Zidane llegará el sábado que viene, frente al Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón. Luego los blancos se jugarán un trozo importante de su billete a octavos de la Champions en Lisboa, contra el Sporting de Portugal. Tras recibir en Liga al Sporting, los blancos finiquitarán los 1/16 de Copa contra la Cultural y después, también en sábado, llegará el Clásico del Camp Nou.
Después de medirse al Barça, el Borussia Dortmund visitará el Bernabéu. Dependiendo de cómo hayan hecho los deberes en su visita a Portugal, los chicos de Zizou se jugarán o bien acceder a octavos como primeros de grupo, o bien la mismísima clasificación para esta fase. No entrar y permanecer sólo en la Europa League sería una tragedia para el vigente campeón de la Champions.
El panorama es complejo más si se tiene en cuenta que Zidane cuenta con bajas sensibles: Kroos, Ramos o Casemiro son serias dudas para los primeros encuentros. De ahí que el reto sea doble, aunque un triunfo madridista en la mayor parte de estos encuentros reforzaría al inquilino del banquillo merengue.
Ya el año pasado, en el Camp Nou, Zidane se jugaba el puesto, pero su triunfo y racha posterior (desde entonces suma 27 partidos consecutivos sin conocer la derrota) lo consolidaron en un puesto siempre complicado, en el que la memoria, como decía Cristiano Ronaldo, no siempre es un buen aliado.
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