El caso Neymar es una montaña rusa para el FC Barcelona. Tan pronto el optimismo reina en el Camp Nou, nace el más profundo pesimismo que invita a pensar en su salida inminente de la ciudad. Y hoy éste último parece ser el estado de ánimo de un club que se ha visto forzado a enviar emisarios a Brasil para hablar con el jugador y su padre con el objetivo de frenar su salida rumbo a Real Madrid, Paris Saint-Germain (PSG) o Manchester United.
Este trío de equipos, informa Mundo Deportivo, también han mandado representantes a Brasil para aprovechar las vacaciones del delantero e intentar convencerle de que no renueve, de que se marche del Barça. Y, visto lo visto, parece que esa influencia empieza a dejarse notar en el ánimo del jugador y, sobre todo, en el de su entorno.
Wagner Ribeiro, uno de sus representantes, dejó la puerta abierta a su despedida al afirmar que había tres grandes (los equipos antes citados), dispuestos a abonar el dinero de su cláusula de libertad, esto es, los 190 millones de euros (más impuestos) que a día de hoy permitirían ver al brasileño con otra camiseta.
De todos ellos, el Real Madrid es uno de los que más lo está intentando, toda vez que el fichaje de Neymar es el del único futbolista por el que Florentino Pérez estaría dispuesto a abonar una cantidad tan elevada. Tanto es así, que en los últimos días el caso 'Pogba' se ha ralentizado a la espera de que se resuelva (o no) la renovación del brasileño con el Barça.
En el Camp Nou daban hasta hace no mucho tiempo por encarrilada esta ampliación de contrato, pero el factor tiempo juega, por ahora, en contra de los blaugranas. Hasta julio no se podrá hacer realidad la operación por cuestiones administrativas, de tal manera que, hasta entonces, los pretendientes de Neymar pueden 'rondar' al delantero para frenar el acuerdo que, a priori, lleva atado verbalmente desde mediados de primavera.
¿Sería posible? Sí. Sin ir más lejos, hace casi 20 años otro brasileño, Ronaldo, dejó Barcelona para firmar por el Inter de Milán cuando se daba por atada su renovación con los culés. ¿Se repetirá aquello? El tiempo -y la lucha de emisarios en Brasil- decidirán.
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