
Zinedine Zidane llegó en enero para tratar de sacar adelante una situación difícil en un Real Madrid en crisis deportiva e institucional. Las decisiones a nivel de club y las deportivas no habían sido efectivas, pero con el galo todo cambió y se ha podido impregnar de optimismo el (a menudo) autodestructivo entorno del equipo.
El técnico ha hecho gala de un muy buen hacer en la gestión de grupos, y eso ha repercutido de forma muy positiva en un vestuario tan complicado como el del Real Madrid, según informa El País. Su peculiar manera de sostener las relaciones humanas en el cambiador blanco sirven para entender el renacer anímico y deportivo del equipo en este tramo final.
El carisma del galo, mito futbolístico de muchos de los jugadores, ha irrumpido en el plantel, hastiado de los métodos de Benítez. El nuevo míster entrena con ellos, participa en los rondos...y no es ni la cuarta parte de intervencionista: les deja hacer en las sesiones, salvo contadas excepciones.
Quedan muy lejos los entrenamientos de continuas interrupciones por parte del madrileño para corregir hasta el más mínimo detalle, ahora el galo, simplemente, deja hacer. Él mismo insistía: "Es un placer verles tocar el balón". Este 'tercipelo' también se extiende a las ruedas de prensa. También aquí ha sorprendido el francés, que no era nada extrovertido en sus interactuaciones con los medios como jugador y que ahora ha cambiado las tornas.
En paralelo a esto, ha sabido imponer el equilibrio exacto entre la empatía y el respeto. Sólo han jugado los que se lo han ganado. Lo saben Isco y James, en el lado negativo. También lo saben Casemiro y Lucas Vázquez, que han ganado en importancia y galones.
Esto ha gustado especialmente en una directiva que acusaba en demasía a los jugadores, a su particular dictadura. Todo encuadrado en un contexto de división entre la plantilla y la zona noble. Sin embargo, el triunfo del galo, figura sobre la que ha aumentado la cohesión de la entidad, es evidente. Con su libreto, ha pacificado al vestuario y también al club más complicado del universo fútbol.