
El Barça vio peligrar al título de Liga el pasado sábado cuando, frente al Betis, en el Benito Villamarín, el equipo de Luis Enrique no logró hacer ni un solo gol en los primeros 45 minutos de partido. De no haber vencido, los culés podrían haber caído incluso a la tercera plaza. Un temor que pasó por la cabeza de su técnico. Luis Enrique, en Sevilla, tuvo que tirar de mano dura para hacer reaccionar a los suyos.
Cuenta el diario Sport que al descanso del partido, 'Lucho' mostró ese carácter duro que tanto lo caracterizó como futbolista y que, cuentan los que le conocen, apenas saca a pasear en el cambiador, con la pizarra en la mano.
Fue ahí, ante sus futbolsitas, cuando el asturiano usó su 'látigo verbal' para arengar a los suyos. Y no fue, desde luego, un discurso épico, sino crítico. Luis Enrique les preguntó si querían ganar la Liga y les insistió en que estaban jugando mal, que no había ni velocidad, ni ritmo, ni fútbol, ni remate... nada de nada.
La bronca estuvo acompañada de gestos no verbales intensos que llamaron la atención de una plantilla poco acostumbrada a verle en un estado como el de ayer. La bronca, viendo el resultado, parece que funcionó. El Barça mejoró algo (que no mucho) su ritmo en la segunda mitad.
El error de Adán en la salida de un pase profundo que dio Messi hizo el resto. Rakitic hizo el 0-1 y ya sin apenas oposición, Luis Suárez acabó finiquitando el partido y con él, otorgando a su equipo tres puntos vitales que bien podrían valer la Liga para el Barça.